27/9/18

Cumpleaños total.

Hoy cambio de cifra en la cuenta de años.

Cran de Berry 43 (la receta, aquí).
Es el primer año, que yo recuerde, que no tengo ganas de celebraciones, casi diría que ni de que me llamen tengo ganas, aunque sé que hablar con amigos y familiares me hace ilusión y sobre todo me hace bien, porque no es un día para discutir y todo es zambra y jaleo.

Mi cumple siempre ha sido una fecha importante para mí. No es que me entusiasme cumplir tacos, pero la otra opción me gusta aún menos. El caso es que no recuerdo el momento en que comencé con una especie de ritual onomástico consistente en tratar de no llevarme ni un ápice de suciedad del año anterior al recién estrenado. Me afanaba en limpiar todo y en estar yo ese día –este– tan digna como para que me hicieran una sesión de fotos en el Vogue. Los años con tiempo (y con dinero) incluso iba a la pelu para sanear las puntas abiertas, recomponer el corte o retocar el tinte. Algunas veces me daba el capricho de estrenar un par de zapatos, un vestido, un jersey.

Este año sólo sé que ahora mismo me voy al gimnasio, con la cama sin hacer,  y que posiblemente el monitor vaya mejor depilado que yo.

Feliz cumpleaños para mí.

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