Esta semana ha sido caprichosa. Tengo la sensación de haber vivido años y a la vez parece que ayer fue lunes. Aún me quedan el sábado y el domingo con aeropuerto y mudanza de por medio.
Demasiadas emociones. Buenas, malas. Entrevistas fallidas. Multa de tráfico. Una pantalla de ordenador partida por la mitad. Piernas y brazos achicharrados con tanto body combat y crossfit. El anuncio de dos embarazos, uno de mi ex compañero de piso, de su mujer, obviously. La almohada que me dice que estoy empezando a remontar. Mucho, mucho, mucho trabajo. Mucha literatura. Muchas pelis, aunque anoche no pudiera ver la que más me apetecía.
Decidí ir caminando desde el centro de la villa y corte hasta la minimansión. Llovía. Hubo un momento en que empezó a jarrear; me pilló en Embajadores sin embargo, lejos de echar a correr, me deshice de la cazadora y el gorrito plantándome en medio de la calle. Pensé que se lleve lo feo y me deje el querube. Pero a mi cabeza no vino esta melodía sino otra, de piano, sencilla e intensa. Y el tiempo se detuvo.
La semana que viene promete mocos, vickvaporub y caldo ardiendo de pollo con verduras. Ustedes séanme pecaminosamente felices mientras. ;-)
Cal.
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Cuando se tiene la sensación de estar empezando a remontar, está listo el 90%.
ResponderEliminarUn beso y mucho ánimo.
(Cuánta compañía, Silvio...)
Bueno al 90%... depende del día. Me encanta tu optimismo, Filla. ;-)
ResponderEliminarMuchos besos para todos vosotros también.