22/11/13

Just can't get enough.

Creo que en toda mi vida como adultescente no me había pasado nunca: llevo casi cuatro meses en el mismo lugar. Un récord guiness en mi personal ránking guiness.

Esta hazaña ha sido pertrechada porque pensaba que serenando mi actividad como púlsar acabaría centrándome más, terminaría por ordenar mis quehaceres, mi vida. Llegaría el momento en el que todo mi ser y estar se mostraran ante mí cristalinos como el agua de manantial, y entonces podría retomar mi querencia por el vagabundeo, dedicarme a otros menesteres (a criar caracoles, por ejemplo).

Pues no.

Estoy agobiada. Mucho. No me aguanto ni a mí misma un minuto más. No es que no haya conseguido ordenar nada en este ínterin, es que me siento más caótica que nunca. Tengo la sensación de ir siempre con la lengua fuera y no llegar jamás a ningún lado (tarde, mal y a rastras que diría el refrán). Creo que lo llaman ansiedad.

Así que me piro para el norte. La escapada distará mucho de ser ideal -de hecho es lo más antiideal que me puedo proponer a mí misma-, pero tengo casi cuatrocientos kilómetros de asfalto por delante y unas cuantas horas para fijar mi mirada en el horizonte, en ningún sitio más.

3 comentarios:

  1. Estoy seguro de que te ayudará. Conducir de determinada manera, creo que ya sabes cómo, para el que le gusta, equivale a meditar.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. On the road again! Yeahhhhh!

    ResponderEliminar
  3. ¡Buenos martes!
    La verdad es que estoy sobre poco más o menos. :-| Este otoño me está matando (exageración). :-D

    Besos, abrazos y carantoñas.

    ResponderEliminar