¡Qué pena, hija mía, tan joven y ya estás como vaca sin cencerro!
13/11/09
Help!
¿Hasta qué punto puedes considerar la amable disposición de algunas personas para ayudarte cuando lo estás pasando fatal si ni siquiera son capaces de encontrarse contigo ¡una vez! en tres meses? ¿Hasta qué punto?
Me voy unos días a Madrid. Sin ganas (aunque tampoco tengo ganas de quedarme aquí, la verdad).
Que nadie de los que pasa por aquí se dé por aludido. Hablo de la vida real, de la que no es virtual, del día a día cotidiano y el contacto directo, humano, con la gente.
Lo sé, Filla, pero gracias por recordármelo. A veces estas cosas se nos olvidan.
Disfruté, disfruté, Rogelio. Ya sabes, nada especial, pero a veces la rutina, la cotidianidad son la felicidad en sí misma.
Ya he vuelto, ya, Aquí. Es posible que no les necesite. No sé. Hoy por ejemplo aún no había hablado con nadie -humano porque con mi perro me echo unas charletas increíbles- y me he ido sola a tomar un café con un pastel increíble de las monjitas clarisas. Y así he hablado con la tendera mientras me he leído el especial enología del Magazine coronado por una mini entrevista a Javier Reverte. Hmm. ¡Amigos!
A mí también me gusta Reverte, Javier. Tiene un estilo muy fresco. Lo leo (el último aún no lo he leído) y me da una envidia tremenda. Me conquistó por completo con su Corazón de Ulises. Grecia, ay, Grecia (y Turquía, claro).
Tomo nota. Últimamente no leo nada. Es como que hubiera perdido el gusto por la lectura o algo así. Llevo años de batalla con La Montaña Mágica de Mann y no puedo con ella. Me gusta cómo está escrita, me gustan los personajes, me gusta la historia, pero soy incapaz de terminarla. Pero lo haré. Mi obstinación llega a límites increíbles hasta para mí. Estoy convencida de que Thomas Mann me ha enviado una maldición por no poder con su novela.
Me voy a comer que la falta de azúcar en la cabeza me hace decir estupideces.
Me pasa lo mismo con La montaña. Tampoco tengo prisa. Si tardó más de veinte años en escribirla, sería que no tendría demasiado interés en acabarla. El que yo tarde diezx años en leerla, ya voy adelantada en 10 años ¿ no te parece?
Pues, mira, yo suelo apuntar la fecha de los libros cuando los empiezo a leer y en este tengo puesta el 14 de agosto de 1997 así que, en fin, llevo doce años leyéndola. Eso sí, entre medio me he leído un montón de libros. ¿Te imaginas llevar 12 años leyendo un único libro? Uff.
Me metió el gusanillo mi profesora de Literatura Universal en tercero de carrera. Elvira era una profesora muy especial. Algún día escribiré algo sobre ella. Una chica muy especial. Insufló en mi un amor por la Literatura fuera de lo común. Ya me gustaba leer, pero desde entonces, no sé, no es sólo leer, es beber, comer, oler, tocar los libros. Todo es diferente.
Letras Pródigas es una preciosa antología coral de los relatos que se escriben y comentan dentro del Taller del Bremen. Dos de ellos les ha escrito servidora.
Si quieren hacerse con un ejemplar (hemos impreso muy poquitos), pueden escribirme un email o directamente acudir a la Editorial Cazador.
¡He venido a hablar de mi libro! — Segunda Parte
Siete siglos después de que Bocaccio publicara su Decamerón , desde el Bremen han tenido la osadía y desvergüenza de presentar otros cien relatos. Tres de ellos les ha escrito servidora.
Si quieren hacerse con un ejemplar, pueden acudir las principales librerías de España, a Amazon Books o desde la web del Decamerón del siglo XXI.
Los beneficios, de cabeza para ACNUR.
Agradecida y emocionada
Humilde colaboración —esta vez con fotos– en Aquí Yace ...O No de Marta Sanmamed. ¡Imprescindible!
Que nadie de los que pasa por aquí se dé por aludido. Hablo de la vida real, de la que no es virtual, del día a día cotidiano y el contacto directo, humano, con la gente.
ResponderEliminarY dicho esto, me voy.
Pues que sepa usted que, lo pida o no, ahí estaré.
ResponderEliminar;-)
Disfruta de tu finde, Cal.Te lo mereces. Ya verás que bien te lo pasas.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Ya has vuelto?
ResponderEliminarBesitos
Seguramente no les necesites, aunque creas que sí.
ResponderEliminarNo te preocupes por eso.
Besos
Lo sé, Filla, pero gracias por recordármelo. A veces estas cosas se nos olvidan.
ResponderEliminarDisfruté, disfruté, Rogelio. Ya sabes, nada especial, pero a veces la rutina, la cotidianidad son la felicidad en sí misma.
Ya he vuelto, ya, Aquí. Es posible que no les necesite. No sé. Hoy por ejemplo aún no había hablado con nadie -humano porque con mi perro me echo unas charletas increíbles- y me he ido sola a tomar un café con un pastel increíble de las monjitas clarisas. Y así he hablado con la tendera mientras me he leído el especial enología del Magazine coronado por una mini entrevista a Javier Reverte. Hmm. ¡Amigos!
Me he leido todo lo de Reverte. Me ha gustado su Rio de la luz, el último libro sobre el río Yukón.
ResponderEliminarReverte,un personaje interesante.
Beos
A mí también me gusta Reverte, Javier. Tiene un estilo muy fresco. Lo leo (el último aún no lo he leído) y me da una envidia tremenda. Me conquistó por completo con su Corazón de Ulises. Grecia, ay, Grecia (y Turquía, claro).
ResponderEliminarDeberías leer Vagabundo en África.
ResponderEliminarTomo nota. Últimamente no leo nada. Es como que hubiera perdido el gusto por la lectura o algo así. Llevo años de batalla con La Montaña Mágica de Mann y no puedo con ella. Me gusta cómo está escrita, me gustan los personajes, me gusta la historia, pero soy incapaz de terminarla. Pero lo haré. Mi obstinación llega a límites increíbles hasta para mí. Estoy convencida de que Thomas Mann me ha enviado una maldición por no poder con su novela.
ResponderEliminarMe voy a comer que la falta de azúcar en la cabeza me hace decir estupideces.
Besote.
Me pasa lo mismo con La montaña.
ResponderEliminarTampoco tengo prisa.
Si tardó más de veinte años en escribirla, sería que no tendría demasiado interés en acabarla.
El que yo tarde diezx años en leerla, ya voy adelantada en 10 años ¿ no te parece?
Besos
Pues, mira, yo suelo apuntar la fecha de los libros cuando los empiezo a leer y en este tengo puesta el 14 de agosto de 1997 así que, en fin, llevo doce años leyéndola. Eso sí, entre medio me he leído un montón de libros. ¿Te imaginas llevar 12 años leyendo un único libro? Uff.
ResponderEliminarMe metió el gusanillo mi profesora de Literatura Universal en tercero de carrera. Elvira era una profesora muy especial. Algún día escribiré algo sobre ella. Una chica muy especial. Insufló en mi un amor por la Literatura fuera de lo común. Ya me gustaba leer, pero desde entonces, no sé, no es sólo leer, es beber, comer, oler, tocar los libros. Todo es diferente.