5/1/11

Toy Story 3
Si nuestros muñecos hablasen...

No me digáis que no. ¿Nunca habéis fantaseado con la idea de que vuestros muñecos cobrasen vida? Yo sí. Y a los de Pixar parece que también se les debió ocurrir la misma idea hace quince años y no les va nada mal, la verdad. Este año, tras cuatro de arduo trabajo, nos han obsequiado con la tercera entrega de la película que supuso una revolución tecnológica en el arte de ilustrar.

Es una verdadera obra maestra. Tiene un guión (con acento o sin él) sólido como el que más. Unos personajes coherentes que han crecido con el paso del tiempo. Unos personajes nuevos que saben manejar a capricho. Ese bebé entre achuchable y terrorífico, ¡por el amor de dios!. Una puesta en escena en la que se cuida hasta el más mínimo detalle con infinitud de guiños hacía la propia factoría Pixar (en todas sus películas se pueden encontrar detalles que vinculan a las unas con las otras, fíjense).

Sorprendentes también las continuas referencias al Cine. Un comienzo al más puro estilo de Sergio Leone. El cerdo volador de los Pink Floyd. La adrenalina de Misión Imposible. La fingida torpeza de Buster Keaton. Las cámaras lentas de la tragedia de Peter Jackson. El romanticismo ñoño de Oficial y Caballero (nunca me ha gustado más un muñeco Ken), SupermanEl Exorcista...

Si de verdad existe esa perpleja calificación "para todos los públicos", Toy Story 3 debería de ser la luz que guiase en el camino a las películas venideras porque no aburre a los adultos y estoy convencida de que tampoco a los niños.

A ver si esta noche sus Majestades los Reyes Magos de Oriente depositan en mis zapatos un muñeco con el que poder seguir soñando la lejana niñez. Yo, por si acaso se pasan por Carabanchel, ya les he dejado en la mesa unas copitas de chinchón y unos cuantos polvorones.

6 comentarios:

  1. Aún tengo amigos -con y sin niños- que califican como infantiles ciertas películas y se niegan a verlas. En casa, todas las pelis de Pixar las vemos en el cine. Y si podemos, todos juntos. Llegará un día en que ya los niños no nos quieran acompañar, pero seguro que mi Baronesa y yo seguiremos yendo solos.

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  2. Es una maravilla, la película.
    Espero que los Reyes te hayan tratado muy bien, Cal.

    Un beso.

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  3. Los reyes me han tratado geniaaaaaal!!! El viaje a Viena era el regalo (un pelín adelantado) y de allí me he traído un mini -aún más mini- Venus de Willendorf, que para mí es como una queca, así que, síiiii, estoy contenta. También un abriguito muy chulo. :-D

    Pixar es genial. A mí me queda alguna de ver aún -Cars, por ejemplo, que no lo llego a comprender, con lo que me gustan los coches-, pero todavía no hay ninguna que me haya siquiera defraudado un poco.

    Muuuuchos besos a los dos (voy a continuar con las foooooooooooootos, ay, que mientras disparo no me doy cuenta de que hay que procesarlas, guardarlas, etc).

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  4. Ni de niño me gustaban esas películas. Salvo Peter Pan. Me negaba a ir a las de dibus: yo quería del oeste, de romanos, de guerra.

    Viena es el único destino que, según MiaLola, "tengo" que visitar. Soy poco viajero, pero ella se ha empeñado.

    O este años o el que viene, me toca.

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  5. Hola, Nán. Bienvenido de nuevo. Me has pillado reescribiendo el post del que te hablé (hoy estoy de un difuso subido, todo el rato en el facebook, ay, señor, señor). No es nada del otro mundo, pero, bueno, es mi egoblog. ;-)

    A mí sí que me gustan los dibujos animados. Muchísimo. De hecho me encanta la ilustración (otra de las múltiples cosas que he empezado a estudiar en mi vida y he abandonado a mitad de camino) así que estas películas también me gustan. No todas, claro. En cualquier caso, Toy Story 3 es simplemente genial. Maravillosa. Tiene un guión cuerdo y generoso. Impecable.

    Aunque no te guste viajar Viena bien merece el esfuerzo. Eso sí, si eres friolero, ni se te ocurra ir ahora. No hemos pasado de los cero grados de máxima en toda la semana. ¡Qué santo frío! Es una ciudad muy bohemia. La gente está muy vinculada a las artes, en concreto a la música y creo que es el experimento más cercano a eso que llama Richard Florida la ciudad de la clase creativa.

    Un besote.

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  6. Claro, que me chasca soberanamente que en Austria gobiernen partidos de extrema derecha...

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