3/4/11

Asiana

Otro de mis restaurantes favoritos de Madrid. Si no te dicen que ahí hay un restaurante, jamás conseguirías averiguarlo porque la puerta del Asiana se corresponde más con una galería de arte oriental y precolombino, una especie de tienda de regalos de alto standing (hay que llamar al timbre de la puerta), que con un sitio donde poder comer delicatessen del estilo Hong Kong Pancake con picada de cerdo y foie. Cocina fusión con un marcado carácter oriental.

Si en la planta calle del Asiana tenemos una tienda, en la parte de la bodega o de un antiguo aljibe con bóvedas enladrilladas, está situado un minúsculo restaurante en el que no existe carta. Allí tú vas y te ponen un menú degustación cerrado (al precio de 85€ por barba) que consta de aproximadamente doce platillos, dos postres y petit fours para el café o infusiones y que varían cada quince días. Si te gusta, bien, y si no, también. Claro está tú puedes hacer saber al chef que no puedes comer, qué sé yo, cebolla o carne o marisco o lo que sea y si alguno de los platos de la carta lo tiene, te lo cambian.

La decoración es exquisita (y se vende absolutamente todo, desde la vajilla en la que comes hasta la lámpara de techo que ilumina la mesa). La comida es exquisita. El servicio es atentísimo. La cava de vinos muy variada.

¿Algo malo? Sí, claro. Esta última vez que fuimos sonó el mismo disco de Norah Jones uuuuuuna y otra vez hasta el hartazgo (la abajo firmante se fija en la banda sonora que le acompaña en la vida, ¡qué le vamos a hacer!). Otra cosa, a mí no me parece un fallo, pero si tienes ganas de comer deprisa, nada, ni se te ocurra ir. El Asiana es un sitio slow food en el que los platos se degustan casi con religiosidad.

Nota_ 8'5/10

Restaurante Asiana
Travesía de San Mateo, 4
28004 Madrid (Metro: Tribunal)
T_ 91 310 09 65
www.restauranteasiana.com

9 comentarios:

  1. No sé... me parece que cuando venga por ahí miraré que me invites.
    Uno, cuando sale de viaje para días no puede comer siempre a este precio.

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  2. Cuando vengas aquí estás invitado, Pau. Tampoco me puedo permitir yo ir muchos días a este tipo de sitios, pero así como una vez al año o cada año y medio, pues, hombre, está bien darse un homenaje.

    La verdad es que si miras la relación calidad/precio tampoco es tan caro. Piensa que son unos doce platos y varios postres. Al final lo que realmente aumenta el precio de estos menús son las bebidas porque sí que es verdad que cuenta con buenos caldos, patrios y extranjeros, pero a unos precios que quitan el hipo.

    Un besazo, Pau.

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  3. Poca gente se fija en la música que suena en los restaurantes, y todavía menos puede reconocer quien toca o canta. Me han gustado también las crónicas que haces de tus dos últimos conciertos, ya las leí cuando las pusiste, a mí me parecen muy bien hechas.

    Un saludo

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  4. Para mí la Música es algo muy importante en mi vida. Allá donde voy me fijo en lo que suena. Me pasa desde pequeña. Supongo que el hecho de que a mis padres les gustara tanto la música (fue mi padre quien me aficionó a Pink Floyd, por ejemplo), me ha infuido mucho, José Luis.

    Sólo he conocido un restaurante en el cual no había música y, la verdad, tampoco se echaba de menos ya que en la mayoría de los sitios se pone más como ruido de fondo que como acompañamiento vital (y por eso no se preocupan de lo que suena). El sitio era/es el restaurante de Sergi Arola en Madrid. Un auténtico lujo, eso sí.

    Saludo también para ti. ¡Gracias por el piropo con las crónicas de los conciertos! =D

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  5. Vamos a ver, vamos a ver...
    Vais a comer los dos?
    Cal, tendrás un comensal muy entretenido. Te lo aseguro.
    La última vez que vino Pau, comimos en la plaza de Santa Ana. No recuerdo el nombre. Otra vez comimos Rhyt, Pau y yo por la Plaza de la Paja, tampoco recuerdo el nombre.
    ¿Doce platos? A mí me sobra con uno, creo.

    Y no te preocupes por lo del vengo de Pau. (Risas) Le he ñpodido decir un millón de veces que no se dice vengo desde allí, se dice ir, pero no hay forma y siempre me río mucho, cuando lo dice.
    Como son extranjeros, según ellos, jaja.

    Pau, evita en lo que puedas, la patada en la espinilla.

    No está al alcance de cualquiera esos precios, niña.

    También crecí con música.

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  6. ¡Qué bien!
    Con menos me conformaré.
    Como dice la de ese nombre tan largo, de comer como sea donde sea, aunque ella me llevara a un par de sitios muy guapas.
    Lo de me vengo es una costumbre personal, no de extranjero. Allí, aquí... más o menos hablamos igual.

    Un abrazo a las dos

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  7. Le he entendido, Aquí. Creo que es una cosa muy habitual en Cataluña y precisamente allí he vivido dos años de mi vida y tengo familia y en fin, que me suena lo de vengo por vaya.

    Seguro que sí que con Pau me lo paso pipa. A ver si nos vemos, que no estaría nada mal, pero todos. A Rythm y a Porto y a Filla hace ya un montón que no les veo en vivo y en directo.

    Pau, que conozco también sitios muy cucos y no tan caros, pero creo que comer una vez en el Asiana merece la pena.

    Y hablando de comer, me voy a hacer lo propio, ¡la hora que es! Esta vida tan desgarbada me va a acabar matando. Ja, ja, ja.

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