8/4/11

De mani

Ayer estuve de mani. De manifestación. No dudé ni un solo instante que tenía que estar allí.

Estando allí -yo sola- con toda la gente, que lucha pacíficamente por unos derechos vulnerados, me sentí fenomenal. Me recordó a otros tiempos de protestas en la uni porque hubiera dos turnos en quinto de carrera, o por el asesinato de nuestro profesor Francisco Tomás y Valiente o, ya viviendo en Madrid, en las protestas de la Facultad de Medicina para poder hacer el MIR, contra la LOU...

El hecho de ser joven era lo de menos. Allí habían jóvenes, maduros, niños y mayores. Incluso gente muy mayor (el hombre que me dio a mí un cartel de ¡Así, no!, por ejemplo). El hecho de ser hippie o borroka también era lo de menos. Vi rastas, crestas y camisas de Tommy Hilfiger y Burberry junto con todo el rango social que hay entre medio de esos extremos.

Fueron tres horas pacíficas de paseo lento desde el monumento en homenaje a los abogados de Atocha en Antón Martín hasta la plaza del Museo Reina Sofía. Nadie levantó la voz más de lo que las circunstancias requerían. Y me molesta muchísimo que en los periódicos y televisiones se hable casi en exclusiva de unos cuantos exaltados que decidieron tomar la Glorieta de Carlos V por su cuenta. Es una pena porque esa no es la realidad (Si  distorsionan en ese sentido, ¿en qué sentido no tergiversarán? Me lo pregunto habiendo sido en algún momento de mi vida periodista, qué cosas.)

Espero de todo corazón que este movimiento no se quede en mera anécdota y que por lo menos nuestros políticos de mierda empiecen a tener un poquito de miedo. O mejor: mucho miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario