9/1/12

Qué hacer hasta el 21 de diciembre de 2012

Estoy pesadita con eso de que se acaba el mundo. Supongo que es un acontecimiento muy importante para el devenir de la especie humana. También he visto Melancolía del misógino maniacodepresivo danés más conocido en Cannes hace poco; creo que me ha tocado el giro cingulado de alguna manera y por eso estoy tan erre que erre.

¿A que mola la portada de mi agenda para este año? Os permito que me llaméis genio del potochof.
¿Qué hacer en estos trescientos cuarenta y siete días que quedan? De ser verdad me gastaría todo el cash que tengo en pegarme un viaje de cinco estrellas gran lujo alrededor del mundo, algo así como el viaje que se están haciendo unos chavalotes españoles en un Land Cruiser en los documentales de La 2 que ¡les odio! (por pelusa, claro). Pero es que el suelto de la cartera no me lleva ni a Canillejas, vamos, que no tengo ni para el Metro de Madrid, así que vamos a obviar lo de ir al Tassili por ahora.

Las metas para este año no van a ser muy diferentes de las del año pasado. De hecho las del año pasado ya se han incorporado a mi quehacer diario como un hábito más. Habrá que potenciarlas.

  • Escuchar un disco diario se me ha quedado pequeño: tengo que ir a un directo por mes al menos.
  • Leer más (ensayos y narrativa). Cómo echo de menos los años de la uni en los que me podía tirar días enteros leyendo, hasta que me dolían los ojos.
  • Dibujar más. Y diseñar más. :) 
  • Montar otra exposición de fotografía.
  • Escribir más y escribir ficción de verdad sin ninguna pretensión, por supuesto.
  • Seguir aprendiendo alguna cosa nueva: un idioma (¿cuál, CUÁL?), una carrera/doctorado/máster (¿en qué, en QUÉ?), cocina japonesa o simplemente aprender a cómo no quemar las tartas en el horno...
  • Ah, sí, el pe-que-ño detalle de tener trabajo. :-|

Para la interminable y poco fructífera búsqueda de laburo lo tengo clarísimo. Primero abrirme un perfil en Linkedin que ya lo tuve -más muerto que los bingos de Benidorm en temporada baja- y después no faltar ni un solo día al gimnasio ¡ni uno! Todo eso que les han contado sobre prepararse intelectualmente para desarrollar un trabajo es MENTIRA. Lo verdaderamente importante es tener un físico de mareo, que se queden tan obnubilados con tu presencia que no sepan ver que eres un zote redomado que no sabe ni hacer la O con un canuto. ¿Estás más bueno/a que el queso gruyère? Encontrarás un currelo más rápido. Leit motiv. Ya veréis como de aquí a marzo tengo ocupación laboral en ciernes (y unos bíceps que ni Angela Bassett).

Y para comenzar con buen pie en la consecución de uno de mis nuevos propósitos me voy de concierto. ¡Por fin! Ya iré a correr mañana. ;-P

Anexo: viajar un poco más, aunque sea al monte Abantos (soy de buen conformar).

2 comentarios:

  1. Atracar un banco y disiparte por las Molucas para fundir el botín. Seguro que te encuentran, seguro, pero por entonces la policía y los jueces tendrán otras preocupaciones.

    ResponderEliminar
  2. No sé a quién oí decir una vez (posiblemente en una peli) que antiguamente los ladrones se devanaban los sesos a ver cómo podían sacar el dinero del banco y que en la actualidad se devanan los sesos para ver cómo lo meten (en otra peli de la cual no recuerdo el título también explicaban con gran lujo de detalles cómo los cárteles negociaban con los mandamases de los banco la manera de blanquear las cantidades ingentes de dinero que obtenían. ¡Me he equivocado de profesión, seguro!).

    Como soy más antigua que la rueda, yo también optaría por sacar un buen pellizco de cualquier banco y largarme a las Molucas, a Rapa Nui, Barbados, Seychelles o a cualquier atolón perdido de la mano de dios, Pau, así en plan Luis Roldán.

    Pero no sé cómo hacerlo... ¿Con un móvil secuestrando a algún hijo/a de banquero usurero? Con lo torpe que soy para las negociaciones. :-$

    Besucos.
    Cal.

    ResponderEliminar