10/2/12

Propuestas musicales XIX
El día que Yo La Tengo se cruzó en mi camino

Nevaba.



A todos nos atrae lo prohibido y quizá por eso la juventud es un periodo tan intenso de nuestras vidas, porque todavía podemos saltarnos la censura bajo el paraguas de la irresponsabilidad. Mis padres me dejaban hacer de todo, salvo montarme en montañas rusas (la primera vez que tuve ocasión me subí la cantidad necesaria de veces hasta que conseguí vomitar), patinar (les entiendo: mis rodillas siempre iban tiznadas de mercromina) y salir fuera del pueblo.

Painful sonó por primera vez el día que escapé rumbo a la capital más cercana en un coche en el que no me había montado nunca, con una persona a la que no conocía en modo affair para pasar las horas necesarias en su casa mientras la nieve cerraba las carreteras, alternándose con oquedades entre las nubes que dejaban escabullirse rayos de Sol rojizos, plúmbeos, casi corpóreos.

En ese día no existían los teléfonos y el reloj de pulsera fue la primera prenda que cayó al suelo sepultada al poco por el resto.

Desde que crucé el umbral de la puerta diseñada para enanos que separaba el pequeño ático del inabarcable exterior, sentí aquel minúsculo espacio como si fuera mi lugar en el mundo. Todo era confuso, las paredes apenas dejaban ver su blancor sepultadas tras cientos de libros, cómics, vinilos, cedés y una televisión sin antena. El sofá era el lugar de reposo de una Fender Stratocaster blanca y negra, el balcón estaba invadido por varias plantas a punto de congelarse y un ronroneante gato se enredaba entre mis piernas. Transité curiosa entre los montones de objetos que configuraban la vida de otra persona que tranquilamente podría haber sido yo misma.

Al poco tiempo estaba entrando de nuevo por esa puerta diseñada para enanos con mi maleta negra sin ser consciente de que lo que dejaba fuera iba a ser la libertad juvenil e irresponsable que me había conducido hasta allí.

Que tengan un exhuberante fin de semana solos y en compañía.
Cal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario