1/1/15

Propuestas musicales XLIX. 
It's been a hard day's night.

Año Nuevo siempre fue uno de mis días favoritos. Era, por decirlo de alguna manera, el día de la Libertad. Nadie subía a despertarte para comer a la hora estipulada. Te solías levantar a las tantísimas -casi ya de noche- empachado y resacoso, con el rimmel esparcido por toda tu cara y los pelos de Robert Smith surgidos de manera espontánea. En la mesa de la cocina había una especie de batiburrillo de platos colocados de forma anárquica (ahora a eso se le llama lunch) de los que ibas cogiendo al azar comida, sin demasiada gana, la verdad.

El salón estaba copado de gente en pijama o en bata mirando en semi coma la tele que reprogramaba los programas de Nochevieja o en su defecto una peli género Sobremesa en Antena 3. A veces la mirada perdida atinaba en la bandeja de polvorones y mantecados asaltada unas horas antes. Las botellas de agua se iban apilando en la puerta esperando su viaje hacia la basura.

Era un día maravilloso, aunque ni qué decir tiene que la maravilla del mismo se gestaba en la noche anterior.

Durante unos cuantos años mis amigos y yo celebramos el cotillón en mi apartamento, un gallinero venido a chamizo en el que mi santo padre armó un labo fotográfico para que de una vez por todas les dejara el cuarto de baño libre y así no tener que ir al de la vecina en caso de urgencia de aguas. Las fiestas eran una auténtica locura en la que, cual fuente de maná, jamás se terminaban las chuches, los hielos, el alcohol, los refrescos y los etcétera. Al principio los dj's ad hoc nos pisábamos para ir pinchando cada uno sus temas favoritos.

Sabíamos que nos teníamos que ir de bares cuando de un disco sonaban tres canciones seguidas sin que alguien fuera a cambiarle. Entonces comenzaba la peregrinación hacia el downtown del pueblo previo paso por el cuarto de baño que antaño fue labo fotográfico.



Recuerdo varias canciones, pero ésta, para mí y sin lugar a dudas, anunciaba el Año Nuevo.

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