30/8/21

Agradecimientos

Hace unos días estaba recogiendo la piscina hinchable de mi hija y se me caían escondidamente las lágrimas. No quería que nadie me viera, pero me cazó una de mis primas. ¿Qué te pasa?, preguntó. Nada, respondí. No quería ponerme a dar explicaciones, pese a que en el fondo me moría de ganas de hablar con alguien.

Tras su segunda petición, no quise profundizar más allá de un lacónico "soy muy infeliz" a sabiendas de que es una vampira emocional. Aunque tampoco pude porque antes de terminar la escueta sentencia, ya me estaba hablando de lo infeliz que es ella y que no sé de qué me quejo, que soy una desagradecida y bla bla bla. Me comí un señor sermón moralizante después de una frase de tres palabras (imagínense si llego a contar algo la que me cae).

Al principio me quedé más descorazonada de lo que me encontraba. Después me cabreé. Finalmente he pensado que igual tenía parte de razón y que no estoy agradeciendo lo suficiente lo poco que la vida me ha ido regalando; lo bueno y lo malo, que de todo se puede aprender.

Así que mañana (hoy, dentro de unas horas) empiezo a trabajar. Tengo un claro objetivo: deshacerme de esta vida que tan poco me agrada, de sus rémoras y sus exigencias sin sentido. Por supuesto de la gente que no aporta. 

Quiero abrir las ventanas, airear el corazón, dejar paso a lo nuevo. Mover ficha de una puta vez.

2 comentarios:

  1. Anda, que estamos buenos...
    Hay pasos adelante que son saltos al vacío. Y el vértigo existe.
    Pero, puestos a caer, mejor con los ojos abiertos, con la mirada en el sitio al que queremos ir.
    Si la vida es como una montaña rusa, échale ovarios y levanta los brazos en la bajada.

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    1. Ni te imaginas las ganas que tengo de soltar lastre, aunque signifique quedarme más sola que la una. Ya se volverá a llenar mi vida de gente.

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