Hola chato, ¿cómo estás? Te sorprenderá que te escriba, hace
tanto tiempo que es normal. Estaba aquí sola y me había puesto ha recordar. Me
entró la melancolía y te tenía que hablar.
¿Recuerdas aquella noche en el concierto de los Celtas
Cortos? Qué risas nos hacíamos todos juntos. Aún recuerdo a Chus llevando el
fumigador cargado de kalimotxo para que no pasáramos sed ¡ni tedio!. Y todavía
me sonrojo al pensar que mi tío Uri nos estaba esperando con el coche fuera del
recinto para llevarnos a casa a las tres marías…Después había una fiesta de la
espuma a la que acudimos de forma furtiva escapándonos por la puerta del patio
y allí seguiríamos la movida.
Hoy ya no queda casi nadie de los de antes. Y los que hay
están cambiados: bodas, hijos, lejanía, hipotecas eternas, trabajos
interminables… Está claro que todos hemos cambiado.
Retiene mi memoria el sábado aquel en el que entre tanta
algarabía me dijiste que me escapara contigo. A dónde. Al fin del mundo
respondiste. Y fue el mundo el que se paralizó en torno a ti y mi en ese eterno
y breve instante de tiempo.
Pero bueno, tú, qué tal. Lo mismo hasta tienes críos. Qué
tal te va con la piba esa. Espero que la vida te resulte al menos divertida… Me
dolió cuando admitiste que ella era tu chica y yo sólo alguien con quien pasar
el día cuando nos encontrábamos. El tiempo me dio la razón cuando admitiste
delante de Teté que yo hubiera sido la elección exacta.
Yo la verdad estoy como siempre. Sigo haciendo lo mismo. La
comunicación no me cansa, pero me siento vacía, aún a pesar de haber llegado
donde estoy en la vida.
Bueno, me despido. Si te apetece me contestas. Espero que
estas palabras hayan desordenado tu conciencia.
Pues nada niño, lo dicho, hasta pronto si nos vemos. Yo
seguiré con mis diseños y tu sigue con tus sueños. Besos.
Calamity.
Caris, voy a ver si mi cabeza se puede sujetar sin necesidad de un
soporte externo a mi cuerpo. Ay, qué bien me lo pasé anoche. Por mi ya puede
decretar el Papa Mazinguer el fin del mundo. El Gris es la hostia, qué música
niños, qué música: Interpol (que quedan menos de cinco días para verles, ay que
me meo toa), Cure, Smiths, James, Bowie, Joy Division (las braguillas hechas
cocacola)... Hale, a disfrutar de la jornada laboral. Espera, espera... bah,
era una náusea.
