Quería empezar así la entrada de hoy. Al fin y al cabo esta es mi bitácora y estas son mis opiniones. Sobrevalorada a más no poder. Bonita, pues sí, es muy bonita. Pintoresca. Especial. Única. Con la catedral más espectacular que yo haya visto. Tintoretto. Monteverdi. Marco Polo. Enrevesada. Caótica. Cara. Carísima. Petada de peña que sólo quiere hacer la foto de turno y te da golpes a tutiplén para conseguir el, ejem, ¿mejor ángulo? (¡como que se fueran a mover los edificios de sitio, ea!). Sucia. Su cocina típica es tosca y algo insulsa. Vamos que -pese a las 229 fotografías que he tirado (tirado a la basura, básicamente)- me ha decepcionado un poquitín (parece que hasta los viajes me salen mal este año).
Pero Venecia también es mi adolescencia. ¡Dios mío qué adolescencia! No sé cómo podemos estar aún algo cuerdos o precisamente por eso estamos todos algo locos. Un grupo, los hombres del gobierno, con un chaval con voz de pito que modulaba palabrejos en italianini... Pero nos hacían bailar a todos, oye. Y eso es lo importante en la adolescencia: pasarlo bien pese a los traumas y complejos de púber lleno de granos en la cara y hormonas a cien en los vasos sanguíneos.
Con todos ustedes: Venecia, de los Hombres G, interpretada en aquel maravilloso programa que fue La Bola de Cristal.
Pásenlo bien.
Cal.
¡¡Qué recuerdos!!
ResponderEliminarLa verdad es que bailé mucho este tema, y sobre "La bola de cristal", qué decir.
Y es que no todo es Monteverdi, Caccini, Gabrieli,...
Un besote.
Pues yo viví unos meses cerca de Venecia (hace ya 6 años, dios mío!) y he de decirte que me encanta.
ResponderEliminarPero tuve que visitarla un montón de veces (unas 6 o 7) antes de cogerle el gusto.
Mi última visita fue en agosto de hace 2 años (mal mes para visitar Venecia, desde luego) y, a pesar de que coincidió con uno de los peores momentos de mi vida, recuerdo haberme enamorado de ella otra vez.
Cualquier día te cojo de la mano y nos vamos otra vez de visita, para sacarte el mal sabor de boca y para enseñarte otros pueblos cercanos que son para morirse de preciosos.
Un bico, Cal.
Clavícula ; )
Todo lo que se encumbra termina decepcionando.
ResponderEliminarLa única ciudad que no consiguió es de mi fue París, que ya la primera vez me sorprendió y nunca ha dejado de hacerlo
Sólo con pensar que Claudio Monteverdi y Jacopo Tintoretto eran venecianos (el primero de adopción) me reconcilio algo con la ciudad. Ver "La presentación de la Virgen" ha sido para mí algo rayano al misticismo estético. Y, aunque me guste más el boceto del Thyssen de "El Paraíso", verlo en el Palacio Ducal, buah, qué espectáculo. A Monteverdi, afortunadamente, lo puedo escuchar en casa siempre que quiero. Y después de leer tus posts especiales sobre el compositor, pues mira, lo empiezo a conocer mejor, Rogelio. Es tan delicado, tan bonito, tan puro. Me quedé con ganas de visitar su tumba.
ResponderEliminarMiro y remiro las fotos que hice de Venecia y, bueno, algo tiene el agua cuando la bendicen, Marta. Es cierto que es peculiar (el hecho de que no tenga calles sino canales, por ejemplo) y pintoresca. Posiblemente lo que menos me gustó de Venecia fue la caterva de gente en las zonas más conocidas. Tendré que volver..., pero en Noviembre o en cualquier mes nada turístico.
Casi todo lo que se encumbra decepciona. Pues sí y no, Pau. A mí París también me fascina y no me decepcionó lo más mínimo. Y mira que de París se hablan verdaderas maravillas. Aunque dos de las ciudades a las que siempre quiero volver son Roma y Estambul (las dos romas, ea). Sobre todo a la segunda.
Esta tarde volveré a mirar mis fotos y a lo mejor cuelgo alguna en flickr... Posiblemente mi disgusto por Venecia haya sido más un estado mental que físico... Who knows?Besos a los tres.
Cal.