30/11/11

Propuestas musicales XVII
Dulce niño mío

Ay, qué tiempos aquellos, esos que no regresarán jamás. Raúl y yo prácticamente crecimos juntos. Él era (es) de Madrid y no sé porqué extraña razón se vino a vivir al pueblo en pleno pavo, con doce o trece años. Pobre, qué raro era. Creo que eso fue lo que nos hizo congeniar desde un principio porque yo también era una rarita de tomo y lomo.

Cosas de la vida, que nos es tan ajena a veces, coincidimos en la misma facultad, en la misma carrera, en la misma universidad -él dos años por debajo de mi promoción- una noche de pedete en los bares aledaños a la facul. Son de estas casualidades que no te puedes creer hasta que te ocurren. Oigan, que es cierto, que nos pasó semejante sincronía (también nos hemos encontrado como en tres o cuatro conciertos aquí en la capi).

Pero lo que era genial del Raúl púber es que nos podíamos quedar tumbados en la misma cama, sin tocarnos un pelo, mirando al techo, fumándonos un pitillo, hablando de lo divino y lo humano, mientras en el casette sonaban los Guns'N'Roses a toda pastilla. Para él yo era un chico más. De hecho me lo dijo un día: Cal, es que no te puedo ver como tía, tía, es que para mí eres como un chico más. No recuerdo si me lo tomé a bien o a mal (nunca he sido muy consciente de mi físico).

¡Le flipaban los Guns! No lo entendí en aquel momento, ese tostón de punteo guitarrero porque sí, esos grititos que se te clavan en el tímpano, argh. Ahora me los pincho en casa. ;-)

Les pongo una versión de Luna, un grupo de corta vida que me rechifla, aunque me gustaban más antes, con su primera formación: Galaxie 500 (banda a la que hay que idolatrar, si quieres ser un moderno de verdad verdadera). Dejénse mecer.



PD. Queridas mentes calenturientas que pastan por aquí, por saciar su curiosidad insana: sí, al final nos enrollamos en la uni. Tanto va el cántaro a la fuente...

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