Estoy convencida de que los peluqueros no entienden el significado de la palabra «puntas». Puede ser que, además de perderse las clases de lenguaje, se saltaran las de mates. Dos centímetros no son diez centímetros. Entre uno y otro hay ocho de diferencia y un año de trabajo en la misión imposible de dejarse melena. Vuelvo al larq argggh.
Una plaga de mosca blanca está a punto de cargarse veinte años de relación entre Nitya Yang, mi manzano de Hall, y yo. Esta primavera no había manera de parar su crecimiento incluso tras un trasplante, un alambrado completo y varias podas. Ahora el frenazo ha sido en seco; parece un perejil con tres hojitas medio muertas.
Me han echado para atrás en dos curros en los que no solo renunciaría al sueldo por trabajar ¡es que pagaría por ello! (Esta es una típica exageración de las mías.) Y, claro, cuando lo cuentas siempre te contesta alguien "bah, Cal, ellos se lo pierden". Sí, ellos se lo pierden, pero yo sigo sin tener un duro.
Hablando de pasta, he perdido cien pavos, ea. No me pregunten cómo, no-me-pre-gun-ten-có-mo.
Pero la semana ha acabado bien. Pensé a tomar por culo las lesiones, el pelo crece, no hay mosca que sobreviva al tiametoxam, ¡ellos se lo pierden! y me lancé a la calle. ¿Sabían que en la villa y corte hay camping? Anoche lo averigüé.
(Sobre los cien euros, lo dicho, NO-PRE-GUN-TEN.)
Me han echado para atrás en dos curros en los que no solo renunciaría al sueldo por trabajar ¡es que pagaría por ello! (Esta es una típica exageración de las mías.) Y, claro, cuando lo cuentas siempre te contesta alguien "bah, Cal, ellos se lo pierden". Sí, ellos se lo pierden, pero yo sigo sin tener un duro.
Hablando de pasta, he perdido cien pavos, ea. No me pregunten cómo, no-me-pre-gun-ten-có-mo.
Pero la semana ha acabado bien. Pensé a tomar por culo las lesiones, el pelo crece, no hay mosca que sobreviva al tiametoxam, ¡ellos se lo pierden! y me lancé a la calle. ¿Sabían que en la villa y corte hay camping? Anoche lo averigüé.
(Sobre los cien euros, lo dicho, NO-PRE-GUN-TEN.)

Lo que veo es que te pasan muchas cosas, o sea, que llevas, a pesar de que parece que crees lo contrario, una vida de lo más activa, también mentalmente.
ResponderEliminarUn abrazo
Varios años de la universidad los pasé en una especie de estado eufórico que me hizo tener la ilusión de que un día daba para todo. Claro, dormía una media de tres-cuatro horas y así el tiempo sí cunde.
ResponderEliminarMi sensación actual -esto es más para contárselo a mi almohada- es que no avanzo en lo importante y eso me hace creer que llevo una vida absolutamente pasiva. Es por eso, José Luis.
Pero, vamos, todo lo que he contado arriba es verdad verdadera. Y hay que añadirle que me han birlado el ipod. Esto sí que me jo**, que tenía más años que Matusalén (es decir, el caco lo habrá tirado a la basura ¡encima!) y estaba llenito de bootlegs. Mpfffff.
Abrazote.
(Y se me acaba de acabar el spotify, shit!)
ResponderEliminarQue te va más o menos como a un 50% de los españoles, ¿te consuela?
ResponderEliminarNo, claro, eso es de tontos.
Mientras te crece el pelo, dedícate a pensar que son cosas que pasan a veces (¡todas juntas!), pero que luego dejan de pasar, porque el Mundo no está contra ti.
Este consuelo no es de tontos.
Besos
Ja, ja, ja, Ojalá a la mitad de españoles solo les pasase esto. Realmente son minucias. Nitya ya está recuperadilla, mi trasero duro como una roca, me he hecho con el "largo Ana Rosa Quintana" (¡puñetero pelo encrespado!) y... vale ni los cien euros ni mi ipod van a regresar a casa, pero he entrado en un nuevo proceso de selección. :-D
ResponderEliminarNo es consuelo de tontos, hombre. Muchas gracias, Nán. Besos a cascoporro.
¿Y QUÉ PASÓ CON LOS CIEN EUROS?
ResponderEliminar}:-)
¡¡¡MAAAALO!!! ;-P
ResponderEliminarSupongo que alguien se habrá pegado una buena cena a mi costa. Eso espero, que por lo menos los haya usado para divertirse y no para tapar agujerillos. En mi caso estaban destinados a regalos de cumpleaños. Debieron de ser muy fríos los otoños-inviernos de los setenta (o muy aburridos)...