2/11/20

Árbol. Hijo. Libro.

Plantar un árbol. Hecho. (Muchos, en realidad.)

Tener un hijo. Hecho. (Una hija.)

Escribir un libro. Hecho.

Podría decir que a día de hoy habría concluido los tres cometidos que se consideran importantes en la vida o, mejor dicho, que se consideran definitivos para haber tenido una vida plena (que no sé yo si...). 

Sin embargo el diablo habita en los detalles y plantar árboles, un montón; tener un hijo, justo hace un año; pero no puedo sentenciar que sea mi primer libro, porque colaboré hace tiempo en otro,  y porque Letras Pródigas no es mío sino una antología de relatos breves del Taller del Bremen. Taller en el que participé en mis años viviendo por la capital del reino al que echo enormemente de menos (¡los miércoles del Bremen! esa mezcla de pavor por lo escrito —o peor, lo no escrito— y ganas por la siempre maravillosa compañía).

Lo que sí puedo decir es que gracias a la confianza depositada en mí por mis compañeros y amigos talleristas, el diseño editorial de nuestro retoño ha contado con mi saber hacer profesional. Y, aunque suene mal decirlo, estoy muy contenta con el resultado del trabajo hecho.

Continente bonito. Contenido maravilloso.

Si les apetece hacerse con un ejemplar (hemos impreso muuuy poquitos), escríbanme unas líneas 👉🏻 missscalamity(at)yahoo(dot)es

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