29/11/20

Pero... ¿quién diantre trabaja en este país?

Estoy viendo el último programa de Salvados en la tele: #SalvadosPrecarios. Vaya por delante que este tipo de formatos televisivos no es que me maten de emoción (me parecen, a ratos, periodismo espectáculo más que periodismo de investigación), pero me atraen la mayoría de los temas que tratan. Es como si leyese el prólogo de un libro que me interesa y luego ya decidiré si quiero seguir con la lectura (es decir, profundizar).

Estoy viendo Salvados, decía, y rememoro una pregunta que me vengo haciendo desde la anterior crisis económica (esa que dicen que pasó) y que ilustra el título de este post: ¿quién está trabajando, y sobre todo trabajando dignamente, en este país? Porque las mujeres, si están en época fértil, no, y si tienen más de 45 años, tampoco. Esto de los 45 años también aplica a hombres. Y en cuanto a la edad, los jóvenes (hombres y mujeres) tampoco encuentran curro. 

Como seas inmigrante de países en vías de desarrollo o en conflicto, chungo. Y si no tienes estudios, seas de donde seas, estás jodido. Pero es que si los tienes, tampoco es garante de nada (aunque es mejor que no tenerlos. Niños, niñas: no dejéis de estudiar, manque no sea para más que para entender los contratos que algún día firmaréis). 

Como tengas vocación de investigador, antes de matricularte en la Uni, asegúrate de tener el pasaporte en regla. Y si te da por emprender... E H E M.

Total que me queda un perfil poco variopinto: varón, español o extranjero nacido en país rico, entre 30 y 45 años, con estudios, aunque sin necesidad de doctorado bajo el brazo, y, sobre todo, con buenos contactos y/o pasta a espuertas. Estos parecen ser los que mejor parados están en la cosa del trabajo, no demasiado explotados, y con cierta facilidad para no tener que hacer la cola del Sepe el lunes a primera hora de la mañana.

No sé si me da más pena o más vergüenza.

2 comentarios:

  1. Aunque siendo funcionario me siento a salvo (de momento), pertenezco a un grupo de riesgo. No tengo titulación superior, pero tengo un currículum y una experiencia que podrían hundir a cualquier ingeniero recién salido de la universidad, en cualquiera de los dos campos en los que he trabajado. Y estoy seguro de que mi capacidad de aprendizaje no tiene nada que envidiar a la de nadie. No necesito venderme, pero estoy seguro de que mi productividad superaría la de la mayoría de los jovencitos, en un ratio acorde con nuestras edades.

    Sin embargo, tengo claro que me resultaría difícil encontrar trabajo en una empresa privada: para empezar, mal me tendría que ver para considerar que el trabajo que puedo desarrollar vale poco más o menos mil euros al mes, que es lo que se está ofreciendo por defecto.

    Y para continuar, sería alguien problemático: soy muy capaz de trabajar siguiendo órdenes de mis jefes, pero eso nunca ha conllevado que no manifestase mi desacuerdo con sus decisiones cuando las consideraba incorrectas. O que en algún momento sea capar de decir "por aquí no paso" o "no bajo mi responsabilidad", cuando esas decisiones afectaban a la seguridad o la dignidad de mi persona o de los que a mi vez tenía bajo mi mando.

    Pero ojo: no creo que sea especial. Hay mucha gente de mi generación que tiene las cualidades que reclamo para mí mismo. Esa es la gente que, mes tras mes, no encuentra trabajo pese a ser trabajadores valiosos. Quienes seleccionan personal quieren gente capacitada y capaz de trabajar por cuatro perras, agachando la cabeza para salvar la mísera nómina.

    Mi sentimiento dominante en estas cosas no es la pena, tampoco la vergüenza. Es pura rabia.

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  2. Nunca he tenido vocación de funcionaria, pero ojalá me hubiera sacado una oposición en algún momento de mi vida.

    No soy "protestona", de hecho es una cosa que no me gusta nada de mí, que caigo a veces en el servilisimo, sin darme cuenta incluso. Tengo dos estudios superiores (en la segunda, la mejor de la promoción), varios idiomas, me gusta trabajar, es más, disfruto con mi trabajo y me flipa aprender. Etecé.

    En el último curro con nómina que encontré no me pagaban más de 670 euros (con 18 años de experiencia me decían que me tenía que ganar los 1000€) y, en fin, no quiero hablar más de mí (en un blog que es básicamente personal, jajajaja).

    La cuestión es que no encuentro trabajo, ni creo que lo pueda hacer. Me tendré que reinventar, como dicen los gurús que viven en Linkedin.

    ¿Rabia, dices?

    Un beso, Neo.

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