8/7/22

A propósito de Nadal

Me cae bien Rafa Nadal. Me parece un buen tipo, con sus cositas, como cualquiera. Tiene mucho valor donde ha llegado e incluso me iría a tomar unas cañas por ahí con él, ¿por qué no? Pero ya. Creo que nos hemos pasado de rosca con tanto halago, hasta tal punto que le estoy empezando a coger ojeriza.

Lo de hace un par de días en Wimbledon fue espectacular, pero desde mi punto de vista, espectacular para mal. Siete milímetros de fisura muscular, tu padre y tu hermana diciéndote que te retires... Cuatro horas de partido. Ganó, de acuerdo. ¿Mereció la pena? Me gustaría creer que no, es más, creo firmemente que no.

La cultura del esfuerzo, la meritocracia, el sacrificio y todos estos sintagmas vaciados de sentido de tanto manoseo. El suplicio en aras de una meta que yo qué sé qué, porque por demostrar la valía de este tenista no creo que sea y por dinero pues igual tampoco.

Tal y como están las cosas por el mundo, con tanta frustración y desconsuelo, pienso que el ejemplo que menos necesitamos es el del mesías que se inmola por mor de su proyecto vital. Necesitamos a gente cabal que sea capaz de decir «miren, hasta aquí he llegado» y que no pase nada, que no sea el fin del mundo y mucho menos un fracaso. Porque a veces no se puede llegar a más, por más que uno se esfuerce y lo intente una y otra y otra vez. A veces lo mejor es tirar la toalla.

2 comentarios:

  1. No, no merece la pena terminar hecho una pasa
    Te lo dice una que durante pocos años nadó mucho
    Hoy se ha retirado Federer por fin
    Besos

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    Respuestas
    1. Antes creía que el sacrificio merecería la pena en algún sentido. Ahora mismo, vamos, sacrificio para los mártires.

      Casi no tengo tiempo de seguir las cosas que me apasionan, como para enterarme de las que ni fu ni fa. No tengo ni idea de lo de Federer, pero si ese era su deseo, oye, bienvenida su retirada. Me cae bien Federer.

      Más besos para ti, bonita.

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