20/7/05
Por un puñado de dólares
Hoy me encuentro indignada como pocos días en vida. Hoy no ha lugar para risas y cachondeo. Hoy me asquea pertenecer a esto que llamamos humanos (y menos homo sapiens pues creo que de sabios poco tenemos).
Níger (un país africano no precisamente pequeño pero sí insignificante, visto lo visto, para este nuestro Primer Mundo) se muere de hambre. Y, paradojas de la vida, me he enterado esta mañana mientras desayunaba tostadas y café tan pancha en el sofá de mi casa.
Níger –que no Nigeria- es un país que basa su economía en el pastoreo y en la agricultura. Parte del país está ocupado por el Desierto del Sahara y la colindante al río Níger es la más productiva en cuanto a cereales se refiere. La mayoría de los bosques fueron talados (oh) para usarse como madera en el pasado siglo XX. Una curiosidad más: Níger es uno de los grandes exportadores de cacahuetes.
El año pasado un plaga de langosta acabó con la cosecha por completo. Este año la sequía está haciendo que la situación se agrave al máximo (¿no os recuerda esto a la gran hambruna que pasó Etiopia en los ochenta?). Tanto que en UNICEF y en Médicos Sin Fronteras están horrorizados. Las ong’s –como casi siempre- ya han llegado a Niamey hace unos meses. Están tratando de paliar la catastrófica situación de la mejor manera que pueden. Los más afectados son los 350.000 niños del país (en estos países la vejez es una rareza).
En Mayo la ONU informó de la situación a los países más ricos del planeta pidiéndoles la irrisoria (y lo digo con pleno conocimiento de causa pues la cantidad es ínfima comparada con los presupuestos que se destinan a otros menesteres menos provechosos en los países ricos) cantidad de 16 millones de dólares para solucionar el problema, al menos momentáneamente.
Me parece increíble que sólo se haya conseguido “recaudar” la cuarta parte de lo necesario. Pero, señores, ¿qué diablos está pasando? Coño, que hace quince días ha habido una reunión del G8 en Gran Bretaña, ¿qué me están contando los dirigentes de las ocho naciones más ricas del mundo? ¿Qué se creen ellos para hacer lo que hacen? ¿Cómo es posible que no se les caiga la cara de vergüenza al ver a un niño que con un año supera con poco los tres kilos de peso? ¿Dónde se han dejado olvidados el corazón y los ojos?
Yo por mi parte ayudaré lo que mi modesta economía me permita (no me largo para allá porque no tengo el suficiente valor…). No sé deciros ningún sitio donde se recauden fondos o comida, pero seguramente la noticia saltará en lo que queda de semana en los telediarios… Las páginas web de las ong’s tendrán más información…
Hoy, en serio, no tengo ganas ni de dar besos.Calamity.
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