27/9/08

Si fuese Alejandro Magno, estaría muerta

De hecho estaría muerta hace unos seis o siete días. Ahora mismo me estarían paseando en un magnífico féretro de oro y piedras preciosas por todos los rincones que hubiese conquistado en vida. Partiría de Babilonia, haría parada en mi amada Alejandría, pasaría por Bactriana, por Ecbatana, llegaría al Indu Kush regresaría a Macedonia -eso sí, muerto- para oír desde el más allá las lamentaciones de mi madre Olimpia antes de que tanto trasiego provocara la pérdida de mi tumba para los hombres futuros...

Si fuera Jesucristo, aún me quedarían unos meses de vida. A punto de ser acusado de sedición seguiría con mi leit motiv anunciando el advenimiento de un nuevo reino en el que todos fuéramos iguales ante un padre amoroso y condescendiente...

Pero ni soy Alejandro, ni soy Jesús. Nunca seré ni Rey de los Griegos, ni Rey de los Judíos. Soy Calamidad y como mi nombre indica es posible que mi destino sea no conseguir vender una escoba en toda mi vida.

Eso sí, hoy cumplo la misma edad que tenían los arriba nombrados cuando pasaron a mejor vida. En algo gano a ambos: al menos yo estaré más tiempo en el reino de los vivos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario