Asistía perpleja esta mañana mientras desayunaba al despliegue de palabrería vacua proferida por, digamos, la clase política mundial en general sobre el monotema de esta última semana, esto es, Haití y me quedaba ojoplática. No sé si más rabiosa que indignada o más perpleja que sorprendida. ¿Cómo son capaces de emponzoñar un tema tan delicado con sus lenguas viperinas? Me da igual derechas o izquierdas. ¡Son todos carroña despreciable! ¡Apestáis!
¿Es que acaso no sabían antes del martes pasado la situación tan delicada que atravesaba el país caribeño? ¿No leyeron los periódicos en 2005 cuando la mitad del país pasaba a cuchillo a la otra mitad? ¿En serio necesitamos tan magnas catástrofes para darnos cuenta de que ciertos países en el mundo son tan tan tan tan míseros?
Suerte o desgracia, no soy la única que piensa así:
19/1/10
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Sí, está claro... pero aquí ha habido 200.000 muertos de golpe. En fin, no es lo mismo, la gente que ha sobrevivido necesita ayuda urgentemente. Vale, los otros también, pero una cosa no quita la otra.
ResponderEliminarDe acuerdo, Eulez. Estoy contigo en que una cosa no quita la otra. Lo que me fastidia es que sabemos todos que ahora mismo lo importante y urgente es ayudar y aún así los politicuchos de mierda que nos gobiernan pierden el tiempo en palabrería pura y dura. Algunos hasta se permiten el lujo de ser demagogos. Es que me dan asquito, en serio. No veas la diferencia que hay entre escuchar a un voluntario de protección civil o de cualquier ong y a un político.
ResponderEliminarTal vez estoy algo espesa (últimamente estoy muuuuuy espesa, no debería de escribir, entre otros menesteres) y no me sé expresar. :-)
Creo que las ayudas a países tan paupérrimos como los que señalo en el post deberían de ser más continuadas en el tiempo y no a golpetazo de catástrofe (ambiental o de cualquier otra índole). Para intervenir en otros países con situaciones menos lamentables les falta menos que el canto de un duro y para ayudar en otros tienen que pasar cosas como las de Haití... Es una pena. Hace un tiempo escribí en este blog la situación tan horrible que estaba pasando Níger debido a la mala cosecha de aquel año. Ocho (tristes) millones de dólares necesitaban para paliar el hambre de la población... Creo que pocos nos enteramos de aquello... También es una catástrofe, no de las dimensiones de Haití, claro, pero una catástrofe humana al fin y al cabo...
Lo dejo. Me voy porque mi cerebro está a punto de hacer puenting sin cuerdas.
Un besote.
Cal.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa viñeta de El Roto no puede se más elocuente.
ResponderEliminarTiempo habrá de estudiar su Historia, es decir, de cómo han llegado a ese extremo.
UN abrazo y ehnorabuena por la entrada.
Yo no he estado en esos países que mencionas, pero he estado en Etiopía y eso me lleva a no poder ver imágenes del desastre de Haití, porque cuando las veo, sé que son reales, que son personas de verdad, que podrían ser mi hijo, por ejemplo.
ResponderEliminarNo sé cual es la solución, pero creo que no llevamos muy buen camino para alcanzarla.
Los ploíticos que tenemos son los que nosotros queremos tener.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, NáN, nadie se vuelve un impresentable por culpa de la política, nadie que no lo fuera, o pudiese serlo, antes.
ResponderEliminarY cambiarlo está en nuestra mano y es nuestra responsabilidad.
Pues sí Rogelio, obviamente la historia de cualquier país le lleva a las circunstancias en las que vive. Haití tampoco es que haya sido una nación bien gestionada, ni cuando estaba Francia ni cuando lo dejó de estar. La mayoría de estos países tan sumamente pobres también tienen unas gestiones de política interior que dan pena (y mucha rabia, la verdad).
ResponderEliminarEl caso de Etiopía, Filla es también sangrante, como tú bien conocerás. Lo que más me escama de ciertas naciones es que poseyendo una riqueza en materias primas tan apabullante sigan siendo tan míseros. Supongo que no será tan fácil llegar a un nivel de riqueza que no genere pobreza -o la mínima posible- porque si no, me figuro yo, digo, que a ningún político en su sano juicio le interesaría ser la cabeza visible de un país tal...
Mirad, no sé dónde lo leí (creo que en la N. Geographic a propósito de la carencia de alimentos en el mundo) y tampoco recuerdo qué país africano fue, pero en una de esas reuniones de la ONU su presidente pidió no ayuda económica sino semillas para que su pueblo pudiera sobrevivir al menos... Es que no recuerdo bien la historia... El caso es que se le concedieron unas cuantas toneladas de grano con las que consiguió que su país no fuera uno de los más pobres del planeta. Gestión de recursos.
Nán, a veces tenemos los políticos que queremos tener. No voy a entrar en pesquisas del tipo tiranos, golpes de estado, etcétera. Pero yo también pienso en la cantidad de decepciones que me he llevado yo con dirigentes de estos denominados electos. Sólo hay que coger sus programas políticos e ir testando qué propuestas han salido y cuáles se han quedado en agua de borrajas. La mayoría de ellos son muy decepcionantes.
No me refería a eso, Cal. Que en eso tienes razón.
ResponderEliminarMe refiero a que si a los políticos los votamos cada 4 años, según unos programas (fíjate en los Evangelios como programa y luego echa una mirada al Vaticano y a las Conferencias Episcopales) y ya está, pues tenemos los que queremos.
Si me decido a pintar toda mi casa, estoy dando la vara al pintor cada cierto tiempo, ¿no? Por eso no tengo (necesariamente) el pintor que quiero, pero sí la pintura que quiero.
Podría seguir, pero creo que ya habrás pillado por dónde van mis tiros.