20/11/10

Primal Scream, Screamadelica Live, Madrid, 19/Nov/2010

Hace dos días estaba triste. Tristísima. Los Primal Scream daban tres conciertos en todo el mundo para tocar de pe a pa uno de mis discos de cabecera. Mis padres crecieron con el carro de Manolo Escobar. Yo con Screamadelica del sexteto escocés. Decía que estaba triste porque estos señores tocaban uno de esos tres conciertos en Madrid -algo histórico- y yo no iba a poder verlos. Sólo me consolaba el hecho de que ya había visto a Primal Scream en un festival hace unos años y, no sé si era porque tocaban tardísimo y estaba agotada, no me gustaron demasiado. Es más, me llevé una decepción.

Haciendo la cama aparecieron entre las almohadas dos entradas para tan magno evento. ¡¡¡Gracias, Javier!!! Lo siento por ti porque te perdiste un concierto enorme, de los de caerse de culo. Por cierto, Javier es un chico que tenía cuatro entradas y que no pudo ir porque a alguien de su familia se le había ocurrido casarse en esta fecha. En ocasiones adoro la reventa (y ser una ama de casa aburrida).

A las nueve menos cuarto en punto saltaron al escenario Bobby Gillespie y su banda para telonearse a sí mismos. Aquello prometía. "Jailbird" abrió un pequeño repertorio de casi cuarenta y cinco minutos que repasó la discografía de la banda. "Accelerator", "Swastika Eyes" (en ese momento pensé que se hundía el techo de la Riviera), "Rocks"... Hit tras hit.

Me asaltaban ciertas dudas que iban despejándose poco a poco... ¿El coro de negras? Porque habría un coro de negras, ¿no? Vamos, digo yo... Un disco inspirado, entre otros estilos, por el gospel... Pues no. No hubo negras cantando. O blancas tipo Clare Torry y el mismo Gillespie tuvo que cubrir la carencia, cuando no unas voces pregrabradas. ¡Horror!

En cualquier caso fueron empezar los acordes de "Movin' on up" y aquello ya supuso una fiesta continua  de principio a fin, incluso en los momentos más down del disco. Momentos que tenía especial interés en ver en directo porque suponía (y no estaba equivocada) que podrían ser el punto de inflexión que marcara el recital como algo culminante o como una mierda. Con la interpretación de "Higher than the Sun" decidiría si aquello tiraba por uno u otro camino.

"Don't fight it, feel it" articuló un repertorio que mutaría su disposición original para jugar con las intensidades de la música. Ahora temazo (láseres), ahora relax (saxo), ahora temazo (cadera descoyuntada), ahora relax (soul). Y así todo el rato, sin pausa, para culminar en una versión aplastante del "Come together" que hizo unirnos a todos como que fuéramos uno. Único. Indivisible. Mágico.

Lo que os decía: B-R-U-T-A-L

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