15/1/11

Propuestas musicales IX
En un mercado persa

Desconozco si me gustan u odio las rebajas. Soy cada vez menos caprichosa, pero hay tres aspectos en los que no escatimo demasiado y son, por orden, música, libros y ¡ropa! Así que el hecho de encontrarlos rebajados de precio, la verdad es que no me disgusta.

De hecho he estado esperando pacientemente a que llegara el final de las fiestas navideñas para poder comprarme unos botines de ante marrón a los que tenía echados el ojo desde que empezaron a poblarse los escaparates con ropa de Otoño-Invierno. Siempre que pasaba por las tiendas del señor Ortega les miraba y requetemiraba: seréis míos, les decía. Me temo que cuarto y mitad de la población de Madrid pensaba lo mismo que yo. He recorrido unas cuantas tiendas y, nada, no están. :-(

No sé si es que hace ya un tiempo que no iba a las rebajas o qué, pero todo aquello, local tras local, me parecía un mercado persa.


En un mercado persa de Albert W. Ketèlbey.

4 comentarios:

  1. Pobre mujer desbotinada.

    (yo creo que las cosas chulas las esconden).

    ResponderEliminar
  2. Tengo más botines, Nán, pero no tengo esos. :-( Lo bueno es que han sacado el mismo modelo en piel para la próxima temporada, ¡yuju! Ahora sólo me queda ahorrar para poderlos comprar (si los compro), porque para estos ya no espero a las rebajas de Julio. Y, sí, creo que lo bonito o lo esconden o desaparece el primer día por la mañana. Son un coñazo las rebajas. Ja, ja, ja.

    ResponderEliminar
  3. Chica... la música es genial, pero el vídeo se ve muy oscuro y dudo que el mercado estuviera abierto en noche cerrada.
    ¡AH! Las rebajas... este año ha sido muy especial, los que nos dedicamos a eso hemos fabricado menos de lo que vendíamos y don Ortega, digan lo que digan, no es una excepción.

    ResponderEliminar
  4. Ja, ja, ja, el video es así. Es que sólo quería poner la música, Pau, ningún montaje de estos que te encuentras en Youtube, que los hay muy buenos, pero sólo quería sonido y no sé cómo se hace.

    Obviamente no entiendo tanto de tu sector como tú y me figuro que, aunque vestirse sea una necesidad de primera categoría, se habrá notado el bajón general. Yo misma, que cuando trabajaba me compraba algo siempre cada mes (un disco, un libro y una camisetilla o un pantalón), he reducido drásticamente ese consumo y el año que acaba de finalizar creo que me he comprado en todo el año dos jerseys, un pantalón, una blusa, dos cedés y libros, bueno, libros sí que he comprado bastantes.

    Eso sí los Zaras, Bershkas, Pull&Bear's y demás están siempre hasta los topes y con cola en la caja, al menos en Madrid. En Barcelona hace dos años en plena Portaferrisa noté un bajón espectacular de gente en las tiendas. Muchos mirando pero pocos comprando.

    ResponderEliminar