La bestia parda se aburre

Y eso nos ha llevado a tenerlo que llevar durante todos los días de la presente semana al veterinario (con su consecuente gasto, claro). Después de hacerle cientos de pruebas, se ha llegado a la conclusión de que el enano "se aburre" (¡petardo!).

¡Qué miras, tía!

De todas formas parece que quiero subsanar en este poco tiempo que nos queda juntos todo el que no lo pudimos estar a cuenta de arriendos sin derecho a animales de compañía y circunstancias varias.

(Ya está haciendo experimentos con su cámara. Argh, qué harto me tiene.)

Cierto es que el pasado viernes le enganchó un akita inu cabreado porque yo estaba jugando con su cachorro y porque el pelirrojo, con sus cerca de catorce añazos, todavía se cree el macho dominante del barrio. Casi lo ahoga, mi pobre.

Uuuuuuuaaaaaaaay, ¡qué sueño!

Cierto es que ha tenido una gastroenteritis que le ha hecho perder unos tres kilos. Prefiero pensar que ha sido su particular operación bikini. ;-)

Mpfff, vaya tela con el flash nuevo, ni dormir en MI sillón puedo ya.

Pero que no quiera ya comer ni un guiso de pollo con arroz o uno de atún en salsa o unas jugosas latitas de paté a tres euros los cien gramos...

¡zzzzzzzzzzzzzzz!

...tiene tela el niño malcriado y consentido, ¡tiene tela!