23/3/11

Cut Copy live in Madrid, 22/Mar/2011

No sé si es que tengo ganas de fiesta -eso seguro- o que todos tenemos ganas de pasárnoslo bien entre tanto cenizo anunciando el fin del mundo que los Cut Copy me han hecho pasar uno de los mejores momentos de mi vida asistiendo a un concierto de rock. Estoy afónica y mi L5-C1 está de nuevo dolorida, lo digo y no digo .

Con una abarrotada sala Heineken madrileña y el cartel de "no hay entradas" colgado desde hace varias semanas el ahora cuarteto australiano Cut Copy saltaba a las tablas un poco más tarde de la hora prevista para mostrarnos en directo el poderío de la música de baile mezclada con riffs de guitarra mientras nos presentaban "Zonoscope", el tercer largo de la banda, álbum que ha dividido a la crítica musical mundial. No es nada nuevo, lo sé. Su música suena las veces a New Order, pero es que a mí New Order también me vuelven absolutamente majara y a esos ya nos les voy a conseguir ver en su mejor momento (ya les he visto de hecho hace unos años), que no fue otro que en los años 80, así que Cut Copy me requetesobran para saciar mi lado más frívolo y bailongo.

Sintetizadores, teclados ochenteros, guitarras aquejadas de miles de distorsiones, bajos furibundos y percusión exacerbada. Eso es Cut Copy en directo.

El show comenzó con los cuatro músicos saliendo a ritmo de Visions para empezar a enloquecer al personal con una pieza de las grandes Nobody Lost, Nobody Found. Dan Whitford conoce sus limitaciones como cantante, pero lejos de amilanarse con la historia de no poseer la garganta de Farinelli, se muestra en el escenario como un culo de mal asiento no parando ni un solo instante: ahora teclados, ahora aporreo la guitarra, ahora me muestro profundo mirando absorto a las miles de teclas del sinte y si no, pues bailo a lo loco y azuzo a la esta vez muy poco dormida platea. Supongo que después de un espectáculo de este estilo día tras día no le hará falta ir a ningún gimnasio para mantener esa linea a medio camino entre un Jarvis Cocker menos gafapasta y un Neil Hannon más desinhibido.

Dan Whitford animando al personal. Me dejaron pasar la cámara, ¡sí! Bueno,  la compacta, menos da una piedra y encima escuece. :-D
Mientras Tim Hoey -otro culo de mal asiento que ahora toca guitarra, ahora percusión, ahora me vuelvo loco y me subo a la batería- machacaba las pastillas de su Fender con una baqueta comenzaban los acordes de Where I'm Going, primer tema ejecutado de su actual álbum y que nos dio a entender a todos los allí presentes que "Zonoscope" es un disco para ser bailado en directo.

Tim Hoey con Mitchell Scott al fondo en pleno éxtasis vocal.
Llega el tercer tema So Haunted, en fin, para mí ya estaba todo dicho. Mi favorita. Casi me deslomo bailando. Pero es que después, sin parar, vinieron Corner Of The Sky, introduciendo a un quinto músico -que más bien tenía aspecto de haber dejado a buen recaudo a las ovejucas en Melbourne para girar con los Cut Copy- que hizo las delicias del respetable a cargo de darle duro a los bongos, Lights & Music, para hacer delirar a la gente coreando al unísono, Take Me Over, ¡hasta chicas en sujetador se vieron!... hasta que la cosas fue desbarrando de tal manera que cerraron la primera parte del concierto con una especie de telón sonoro que empezó con Hearts On Fire y Sun God para convertirse poco a poco en una especie de rave casual que no tenía absolutamente nada de improvisada y que fue, desde mi punto de vista, algo rayano al éxtasis.

El bis fue sencillo. Dos canciones: Need You Now, ¡cómo nos iban a dejar sin este soniquete pegadizo, por el amor de dios, su single más actual! y Out There On The Ice, para culminar el fin de fiesta a lo grande. Si se hubiera tratado de una corrida de toros, estos señores habrían salido por la puerta grande con el rabo, las orejas y hasta la pata del morlaco, si me apuran. Hasta ellos mismo admitieron que había sido el mejor show que habían tenido en lo que llevaban de gira. Palabras de Hoey en pleno delirio musical.

Whitford en su faceta de teclista con Scott, el más comedido, al fondo.
PD. Las leyes de la naturaleza, concretamente de la termodinámica, me dicen que no es posible que dos conciertos en una misma semana sean obras maestras por aquello del equilibrio entre las fuerzas... No sé, pasado mañana voy a ver a mi verdadero dios, vamos a Roger Waters, líder otrora de la banda más grande que ha dado el siglo XX,  y, fíjense, estoy convencida de que no va a ser un mal show. Se lo contaré, si no me quedo sin palabras. ;-D

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