22/3/11

Mi vida en una maleta

Cuando llegué a Madrid, con una única y pequeña maleta Samsonite dura, llena de libros, discos y ropa negra, estos edificios eran un campo de fútbol dentro de una ciudad deportiva a los pies del Hospital de La Paz.

Las Cuatro Torres, el futuro (más bien el presente) downtown madrileño.
Lo sé porque mis primeros años en la capital, antes de sentirme como una carabanchalera de pro, se desarrollaron al norte de la ciudad, yendo y viniendo en autobús desde mi antiguo piso compartido al lugar en el que trabajaba entonces, una conocida cadena de televisión.

Hoy hace once años que desembarqué en Madrid con intenciones de no quedarme demasiado, de pegar el salto a la gran manzana con la máxima brevedad, amén de sueños americanos. Ya ven, oficialmente es el segundo lugar del mundo en el que más tiempo de mi vida he pasado.

Para celebrarlo, nada mejor que ir a un concierto de Cut Copy. ¡Nos vemos!

6 comentarios:

  1. Me parece interesante cómo cuentas tu relación con la realidad, o con tu realidad, vamos.

    Un saludo

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  2. Muchas gracias, José Luis y bienvenido a este humilde egoblog.

    Realmente podría haber escrito libros de tropecientas páginas con mis andanzas por la capital, pero, no sé, solo me apetecía recordar esos primeros días por aquí en los cuales todo me parecía grande, ajeno, nuevo y ahora es todo ya tan cotidiano...

    Un saludo.

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  3. Ya me contarás qué tal resulta el concierto, Cal.

    UN beso - Rogelio.

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  4. Uff, Rogelio, uff, alucinante el concierto. Me han encantado. Voy a ver si escribo una pequeña crónica (con fotos propias, me dejaron pasar la cámara pequeña de mi churri) en el transcurso del día.

    Y tú, ¿qué? ¿no te animas a reescribir en tu bitácora?

    Un besazo. :-D

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  5. En cuatro rasgos has descrito todo estupendamente.
    Esa zona ha cambiado mucho en once años.
    Madrid, como cualquier lugar grande, tiene de todo. Esos sitios tan enormes y la zona donde yo vivo.
    Cuando falto durante mucho tiempo, la echo de menos. Me gusta volver a casa, a mi pueblo.

    Tengo una amiga que, por motivos de trabajo, se fue hace dos años a Pamplona y viene todos los meses a pasar unos días. Dice que necesita los ruidos, las aglomeraciones y las prisas, los pitidos, la vida.
    Vamos, la pobre no se acostumbra a vivir en un lugar tan tranquilo.

    El reportaje de mi zona es fantástico.

    Un beso

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  6. Yo no sé si podría acostumbrarme a vivir en un sitio tranquilo, Aquí. Me tocas la fibra sensible porque acabo de venir de mi pueblín y a veces echo tanto de menos aquello... Pero cuando estoy allí mucho tiempo tengo que volver por Madrid porque echo terriblemente de menos su bullicio.

    Soy un mar de dudas. Besazos también para ti.

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