6/3/11

De dioses y hombres

Podría hacerles un sesudo informe cinéfilo sobre este film francés, pero solo les puedo decir que vayan a verlo. Merece la pena. Saldrán, no sé, tal vez en paz, pero terriblemente indignados, como me pasó a mí que no conocía la historia de una pequeña comunidad de monjes trapenses en el Atlas argelino.

Llegando a casa me venía a la cabeza una y otra vez un reportaje que vi hace ya un tiempo, años quizá, en La 2 sobre la clausura. Asistía estupefacta a una estampa que se me mostraba extraña en este mundo acelerado en el que vivimos: gente que se sentía libre. Qué contradicción, ¿no?

Al terminar sentía cierta envidia de esa filosofía, de esa tranquilidad, de ese afrontar junto a dios cualquier revés de la vida. De su libertad sobre todo. Yo me siento tan encarcelada...

La pena en estos casos es que soy atea. Atea convencida.

P.D. Lean también, si tienen tiempo, el testamento de Christian de Chergé, el prior de Nuestra Señora del Atlas. Lo tienen arriba en el link. No he sido capaz de encontrar un enlace que no fuera de carácter religioso.

8 comentarios:

  1. Es una obra excelente. La vi hace un mes y me encantó. Sólo con ver el cartel que anunciaba la película y con el plantel de actores me decidí a comprar la entrada. Días después leí un estudio crítico en el Cahiers y una entravistra a su director.

    Una obra imprescindible, como tú bien señalas, Cal.

    UN beso.

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  2. Llevaba una temporada pensando si la veía o no; pero tras tu post y leer el enlace, tengo claro que sí, que hay que verla.

    Un beso, y gracias, Cal.

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  3. Tenía ganas de verla, Rogelio. No ganó el Oscar, pero sin duda es una gran película. Es tan comedida, tan sencilla, tan bonita. No es apta para impacientes, allí todo va al ritmo de un convento. Recuerdo cuando estudiaba en Segovia y mi habitación daba a la zona del Parral, un monasterio de jerónimos, cómo me gustaba cargar el teleobjetivo de la cámara y espiarles desde la lejanía, ver cómo cultivaban su pequeño huerto, cómo paseaban por la era...
    Un besazo, Rogelio.

    Tienes que verla, Portorosa. Tú, que tienes ese don especial para apreciar la belleza de las cosas, saldrás maravillado con esta pequeña gran película. Y las actuaciones de todas los actores son magníficas. Cualquiera diría que el prior es el mismo actor que dio vida a Merovingio -Lambert Wilson- en Matrix Revolutions.
    Otro beso para ti, Portorosa.

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  4. Ah, se me olvidaba. También te puede echar una mano en tu tesis doctoral, Porto, ya que el terrorismo de una manera u otra aparece reflejado en la misma.

    ;-)

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  5. Cal.

    En ese monasterio de Segovia (¿Santa María del Parral?) es donde Jordi Savall -con Hésperion XX- grabó (creo que el 88) un disco maravilloso: Romances & Villancicos, de Juan Del Enzina. (Publicado poe Astrée - Auvidis)

    Besos.

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  6. ¿En serio? Ô_Ô Qué pasada. Es efectivamente Santa María del Parral y la verdad es que su iglesia tiene una acústica muy especial. Los monjes hacen la misa cantada en gregoriano todos los domingos, al menos cuando yo vivía en Segovia, hace ya, uff, doce años por lo menos.

    Buscaré el disco y lo escucharé. Estoy enamorada de Jordi Savall y de toda su música. Por ahora no me ha defraudado ninguno de los discos que voy escuchando y ¡mira que tiene!

    Besotes.

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  7. Nada tiene que ver la vida de estos hombres (¿será igual donde las mujeres?) y lo que es la iglesia. También soy ateo, pero me atraen irremediablemente. Es más, no es necesario creer. Si los pasos de mi vida se van cumpliendo, mi última fase será así: recogido en mí mismo, con pocos lazos ya con el mundo.

    No conocía esta película, que por supuesto veré. Pero hay una que se llama El gran silencio que compré y veo de vez en cuando. Te la recomiendo.

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  8. Pues no sé cómo será con las mujeres, Nán... Recuerdo la última vez que visité la abadía de San Andrés de Arroyo que estuve hablando con la monja que nos enseñaba su fastuoso claustro y le preguntaba precisamente por si no se agobiaba todo el día ahí metida. Me decía que no, que se sentía enormemente libre y que podía viajar con su imaginación a cualquier parte del mundo. Se la veía tranquila, feliz, realizada. Yo, en cierta medida, la envidiaba porque precisamente en ese convento están parte de las partituras de Hildegard von Bingen, que estuvo allí pasando una temporada y, por supuesto, escribió música.

    También te digo que yo he estado en colegio de monjas y en otro de frailes y también viviendo en una residencia de monjas. Fui inmensamente feliz con los frailes e inmensamente desgraciada con las monjas, en EGB. Leo también las historias de algunas santas -como Santa Teresa de Jesús- y veo que no era precisamente paz y armonía lo que se vivía en esos conventos.

    Conozco la película El Gran Silencio, alemana, creo, pero no la he visto aún. En fin, es difícil convencer a alguien para que venga al cine a ver una peli en la que no hablan absolutamente nada y sólo se ve a unos ¿cartujos? haciendo sus quéhaceres. La alquilaré y me la veré en casa. Seguro que me gusta. Yo también aspiro en la vida a llegar a esa plenitud vital, con todo lo atea que soy.

    Si vieras las charlas que me echo con monjas, frailes y curas, ¡uff! Si en el fondo, pesa mi pasado católico católico.

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