8/3/11

Lectura cerrada

Dedicado a mi apreciadísimo Portorosa.

Cuando estudié fotografía teníamos asignaturas tan fascinantes como laboratorio, iluminación, historia, composición... Desde mi más humilde punto de vista la composición es lo que suele diferenciar a un buen fotógrafo de un fotógrafo a secas. Da igual que tengas el último modelo de réflex digital que una pequeña cámara compacta. Si sabes componer, sabrás sacar una buena instantánea.

En composición estudias la proporción aúrea, la regla de los tres tercios, las lecturas de una imagen y cien mil normas más que habría que aplicar. Que aplicas, claro (hay que aprobar). Pero la imagen que a mí me sedujo, la que me hizo decir que hasta que no consiguiera algo similar no dejaría de hacer retratos fue una que está muy lejos de cumplir normas compositivas:

Hortense Cartier-Bresson fotografiada por su padre, Henri Cartier-Bresson

Una lectura cerrada, con un fondo perfectamente distinguible y un codo apuntándonos directamente a los ojos (¡horror para los adictos al canon compositivo!). Un retrato que no es ni primer plano ni plano medio corto... No es definible y sin embargo es deliciosa.

5 comentarios:

  1. Es espléndida. Tiene tanta vida que está por encima de cualquier norma.

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  2. Para mí es LA FOTO, Nán. A lo que aspiraría si quisiera ser una gran retratista. Es fantástica precisamente por sus grandes fallos compositivos entre otras cosas.

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  3. Gracias, Calita.
    Ya la vi hace días, pero ahora desde el trabajo no puedo comentar y...

    Es una foto genial, desde luego.

    Un beso.

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  4. Una fotografía estupenda, sin duda, no la conocía.

    Saludos

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  5. Tranquilo, Portorosa. Yo entiendo perfectamente ese tipo de situaciones. Además, al trabajo se va a trabajar y estoy de acuerdo en que una parte importante del trabajo es saber descansar, pero si trabajas todo el rato frente a una pantalla de ordenador, tomarte un descanso frente a la misma, me parece antiproductivo. Oops, me ha salido así un mini post tipo Alberto Pena (http://thinkwasabi.com).

    Un besote. ;-)

    Pues sí, es una fotografía maravillosa. No en vano es de uno de los grandes, Cartier Bresson, y es de su hija Hortense. Hay otra cosa de la fotografía por la que más de un purista se llevaría las manos a la cabeza y es que casi casi de detrás de la cabecita de Hortense sale un palo. ¡Ohhh! Aún así es una delicia.

    Gracias por pasarse y comentar en este egoblog, José Luis Ríos. ¡Bienvenido!

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