Si todo hubiese ido bien Filipa -mi hija-, tendría que nacer en aproximadamente cuatro semanas, a mediados de Abril, pero, como ya sabéis los que os pasáis habitualmente por aquí, no fue bien (o sí, nunca se sabe, esto ya es una entelequia).
Creo que me habría gustado ser madre... Estaría nerviosísima y posiblemente desbordada con todo lo que ya tengo y con la llegada de alguien más que también dependiera de mí, pero supongo que a la vez contenta. O plena. Casi prefiero no pensarlo.
Todo esto asalta mi cabeza hoy porque este fin de semana estuvimos por ahí con una pareja de amigos de mi paquete. Dos alemanes encantadores, pareja y con dos hijos ya rondando los veinte años. Ella tan solo es ocho años mayor que yo. Además de realizarse como madre también tiene un buen puesto de trabajo en el que se siente realizada.
En mi vida siempre he antepuesto el "éxito" profesional al familiar. De hecho algunas de mis relaciones no han funcionado, entre otras cosas, por mi falta de compromiso filial. Primero despuntar en el currele y después ya se vería todo lo demás. Primero viajar, viajar, viajar, forjarme un nombre en el sector y después, más o menos sobre los cuarenta, pues tal vez sentar la cabeza.
Y resulta que una está a las puertas de los cuarenta, que estás en el más absoluto de los paros, que nunca ha sido nada ni ha hecho nada profesionalmente por lo que sentirte orgullosa y que te encuentras en esa difícil franja vital en la que ahora sí tienes que decidir entre una cosa u otra, entre aprovechar el último cartucho en tu profesión o aprovechar el último cartucho en tu vida familiar. Las dos cosas, tal y como está hoy montada la vida, son imposible.
Así que reflexiono de nuevo y me percato del error que tenemos muchas mujeres creyendo que ya habrá tiempo para los hijos cuando no, no lo hay.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Vaya día que llevo contigo....
ResponderEliminarEn ese tipo de decisiones nunca se sabe cual es el mejor momento.
Con veinticuatro años tenía a las dos y me dió tiempo de todo. Eso sí, no pude viajar todo lo que me hubiese apetecido
Ahora, De su padre y de mí no toda la gente se cree que somos padres e hijas.
Besos y adios
¡¡¡Síii!!! Me gusta que estemos así, Aquí. :-D
ResponderEliminarBueno, yo ahora miro para atrás (demasiado miro para atrás, me temo) y pienso que tal vez si a los 25 o 26 hubiera tenido ya hijos pues ahora estarían más o menos criados y podría haberme dedicado plenamente a mi profesión... Pero como señalaba en la entrada son simples entelequias. Esto nunca lo podremos saber.
Pensaba, mientras escribía, en la renuncia y en la realización, simplemente (caramba, ni más ni menos, mejor dicho).
Tampoco creas que he viajado tanto, Aquí. Al menos no tanto como pensaba viajar recién licenciada. A estas alturas, si miro con los ojos de aquella joven, me tendría que conocer Asia y África casi como la palma de mi mano y, qué quieres que te diga, en África nunca he estado y en Asia simplemente comí un riquísimo plátano esperando en Üsküdar al barco que nos llevaba hasta el Cuerno del Oro, en Estambul.
Muchos besos, guapa. ¡Buenas noches!
PD. A ver si Morfeo me ilumina con ese quid que me has planteado...
Yo lo tuve claro cuando nació mi segundo sobrino, al que quise y quiero tanto, tanto que dudaba si podría querer igual a un hijo mío.
ResponderEliminarTambién me ayudó el haberme formado para ejercer una prpfesión que me llamaba tanto como ir a cavar patatas, en fin...
Y leí en algún sitio una frase que representa muy bien mi opinión:"No he conocido a nadie que, en su lecho de muerte, se lamente por no haber pasado más horas en la oficina."
Me alegro de haber decidido ser madre, de haberlo sido como lo fui y no de otro modo (Ay! Cal, tengo tantas cosas que preguntarte...) y no descarto la idea de repetir :-)
Un beso, guapísima!
El problema que yo tengo con mi profesión es que verdaderamente me fascina. Da igual qué vertiente, periodismo o publicidad. Ambas me gustan tanto que no creo que me guste otra cosa más. Por supuesto que hay días malos y sitios malos en los que trabajar. Un trabajo es un trabajo. Pero, hoy por hoy, mis únicos hijos han sido profesionales.
ResponderEliminarDentro de unas semanas ya tendría dos churumbeles, Filla. Uff, qué mieditis me da hasta decirlo. Pero... bueno... no estoy autorizada a decirlo... pero... si no lo digo hoy reviento:
¡¡¡VOY A SER TÍA!!! Sí, más o menos a finales de septiembre y eso me hace tan inmensamente feliz que, ay, es que estoy muy emocionada. Lo sabía ya desde hace unas semanas y mi cuñada me dijo que no se lo dijera a nadie. Y a nadie se lo he dicho hasta hoy. Soy muy feliz, Filla, muy feliz.
En cambios mis planes maternales están completamente aparcados. Ahora mismo, con la nueva medicación y demás milongas, no me puedo ni plantear tener un crío. Aunque, bueno, cuando me preguntan siempre puedo decir que ya tengo una niña pequeña: mi madre. La vida es muy complicada a veces.
Oyesssss, guapísima, pregúntame lo que quieras, en confianza. ;-) No sé si tenéis planes de acercaros a la capital... Yo ahora estoy más por aquí que por el norte. También es verdad que os debo visita turística por el maravilloso románico palentino, pero, no sé si fijar ya una fecha con vosotros porque como mi madre está ya tan pachucha, pues no sé muy bien... Los días de repente se vuelven una sorpresa a cuenta de su enfermedad y, claro, yo por mí encantada que vengáis, pero por ella...
Hablamos cuando quieras, bonita. Un besazo.
Disfrútalo mucho, Cal, en serio. Yo a mi sobri (gracias a que mi hermano y mi cuñada no me echaron de su casa a patadas) lo disfruté desde el prmer día.
ResponderEliminarAy, madre! Lo que he llorado cada vez que me he tenido que separar de él... Hubo un tiempo que estuve trabajando en Coruña, aquí al lado, y los domingos, cuando me iba, aquello parecía un velatorio.
Ahora el muy gandul ya tienen casi 11 años, y no veas cómo pasa de su tía...
Yo quiero ir a verte, QUIERO IR A VERTE!!!!
Bicos enormes.
Bueno, mi sobri me va a pillar un poco a desmano como para verle todos los días (viven en el Bierzo), pero seguramente que aumentarán las visitas semanales.
ResponderEliminarVeámonos, ¡sí! Siento ser de tan poca ayuda, Filla... Podría decir que voy yo para allá, pero no sé si voy a poder así como así. Lo voy a mirar a ver qué podría hacer...
Besos a puñaos.