6/6/11

Que no te vendan amor sin espinas

No sé, mejor dicho, no sabemos exactamente cuando mi paquete y yo empezamos esta andadura juntos. Para mí eran tiempos convulsos: me acababa de mudar a una ciudad que no me agradaba del todo, se había muerto mi padre, había cambiado mi vocación periodística por mi vocación publicitaria, mi relación de pareja anterior empezaba a hacer aguas a causa de la distancia... Para él no lo sé sinceramente. Siempre le he visto bien, estable como una balsa de aceite, inamovible.

Así que esta incertidumbre nos hace poner la fecha del inicio de nuestro recorrido en el día en el que nos fuimos a vivir juntos: el seis del seis del dos mil seis. Lo hicimos a posta: no soy supersticiosa, pero me da pavor, ¡qué cosas!, el día de la bestia. Hoy hace exactamente cinco años. Lo celebraremos yendo al súper mercado a llenar la nevera. ¡Yuju! No me miren mal y piensen que soy una sarcástica; después muy posiblemente quitemos la chapa a un par de tercios de importación.

Como ustedes bien saben, si son seguidores de este egoblog, desde que cumplí los treinta mi vida ha empeorado año tras año, si exceptuamos este, que parece que remontamos el vuelo. Cinco años para seis.

No saquen conclusiones precipitadas sobre el desenlace al que quiero conducirles. No van por ahí las tornas. Me pregunto porqué a veces la vida nos hace pagar una factura tan grande. Sí, me lo pregunto porque nada de lo que ha acontecido en mi vida afecta directamente al camino conjunto que hemos ido formando Rober y yo y sin embargo, al menos por mi parte y lo he dejado patente muchas veces con mis inoportunos ataques de ira, esto está en la cuerda floja desde hace ya un tiempo. No entiendo porqué.

11 comentarios:

  1. ¿Porque cuando uno está mal es muy difícil que pueda hacer las cosas bien...?

    Ánimo, y felicidades para ti y para Róber, de mi parte.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Queremos la versión de Rober ya. A ser posible en egoblog de mierda.

    ResponderEliminar
  3. Pues tal vez sea así, Portorosa, pero no sé. Veo y leo ejemplos de personas que bajo estado de depresión han hecho cosas verdaderamente brillantes (como Hemigway o Woolf). Aunque cierto es que como lo veas todo negro...

    Eulez, Roberto te dirá que todo ha estado bien, que ha sido genial y que aunque hayan habido malos momentos en lineas generales merece la pena. Si esperas a que escriba un comentario sobre su punto de vista, espera sentado porque, al contrario que a mí, darle a la tecla no le gusta nada de nada (pero se lo propondré).

    Muchos besos a los dos.
    Cal.

    ResponderEliminar
  4. Ah, pero esas son otras cosas, cosas que pueden dar un resultado brillante, efectivamente; un resultado "externo".

    Pero algo en lo que, además del artífice, tú eres el resultado (y una relación es el ejemplo perfecto; la paternidad es otro bueno), no puede salir bien si tú no lo estás, creo yo. Porque la relación... a ver cómo lo explico: porque la relación consiste en ti.

    Puedes escribir una novela antológica, deprimida. Pero no puedes ser feliz.
    Pues eso.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Claro como el agua de manantial, Portorosa. Nunca me había parado a pensar en esa excisión entre uno mismo y su obra y ¡mira que mi psicóloga trata de hacérmelo comprender a veces! Ella, qué encanto, dice que separe mi trabajo de mí misma porque sino seré incapaz de proseguir adelante. Y la verdad es que desde que mi trabajo se llama diferente a mí, me va algo mejor.

    ¡Gracias, Porto! Qué inteligente eres, chico, qué envidia me das.

    Tendré paciencia con mi relación. Es un mal momento en mi vida, tal vez de los peores. Aún así no os creáis todo lo que os digo: aquí, en este blog, lloro mucho, pero luego en mi día a día, aunque tengo momentos malísimos, siempre estoy con una sonrisa en la cara, que no cuesta nada y alegra al que te mira.

    Lo que quiero, de verdad, es dejar de quejarme. ¡Me hace sentir tan ruín!

    Un besazo. ;-*

    ResponderEliminar
  6. Ruin sin acento, claro. :-S

    ResponderEliminar
  7. ¿Sabes el chiste ese de que detrás de todo gran hombre hay una mujer... sorprendida?
    Pues cada vez que alguien me halaga, como has hecho tú, yo pienso que el sorprendido es el propio hombre :)

    Un beso, Cal. Tengo muchas ganas de verte; muchas.

    ResponderEliminar
  8. Creo que hay hombres muy inteligentes, al igual que mujeres muy inteligentes también. Tu base cultural es verdaderamente abrumadora y sorprendente. Me gusta rodearme de personas con las que puedo aprender, no es más que eso. Y, claro, en un plano digamos filosófico de esta cuestión, cualquier persona te puede enseñar cosas, pero no me refiero a la escuela de la vida, me refiero a cultura pura y dura. De lo otro, tarde o temprano uno acaba aprendiendo, si quiere, claro.

    No deberías estar sorprendido, hombre. ;-)

    Yo también tengo muuuuuuchas ganas de verte (veros). Estaré en Madrid hasta más o menos el 16 de junio. Luego volveré a casa de mi madre para el fatídico hecho (el ingreso de mi momi en la residencia). Y después volveré. Espero no estar demasiado tiempo noqueada, pero, ¡ojalá lo pudiera saber!

    Os espero, claro. Y si me acerco yo al norte, os llamo.

    Miles de besos, señor de Portorosa.

    ResponderEliminar
  9. Acércate, porfa, acércate.

    Acercaos...

    :-)

    Un beso y mucho ánimo!!!

    ResponderEliminar
  10. Tu base cultural es verdaderamente abrumadora y sorprendente.

    Te juro que yo no me reconozco, ahí. Por eso.

    Eso, acércate este verano. ¿Por qué no? Nos encantaría.

    ResponderEliminar
  11. Intentaré acercarme, Filla, Porto, pero para eso hay que tener vacaciones. Veremos a ver qué se puede hacer.

    Besos para los dos.

    ResponderEliminar