12/7/11

Una semana en la que la decisión más importante sea escoger entre Sálvame o DEC.

Una semana en la que todo en casa funcione. Que no se desprenda el toldo, que el grifo funcione sin necesidad de tomarse una obligada ducha escocesa, que tenga baldas donde situar cientos de trastos, que no se caiga la lámpara, que no haya fugas de agua sibilinas.

Una semana en la que la salud gobierne a los seres queridos. Que no diagnostiquen dolencias sin cura, que no hospitalicen a mi madre con una trombosis, que mi propio trastorno no me deje ko más de un día, que nadie se tuerza tobillos o se rompa ligamentos o coja un catarro.

Una semana en la que el trabajo sea un lugar agradable. Que exista, eso lo primero, que no haya que estar driblando puñaladas traperas, que los clientes estén felices con los resultados mostrados, que no caigan marrones cuadrados, que no sea todo para ayer (o antes de ayer).

Una semana compartida con los amigos de carne y hueso. Que las relaciones vayan más allá del Facebook, que no comunique constantemente una línea telefónica, que una tertulia en el primer banco de la calle sea el acicate para pensar que no todo el mundo está solo a sus cosas.

Una semana en la que los únicos paseos que des con la bestia parda sean al parque y no a las urgencias veterinarias.

Una semana en la que leas las noticias y no todo esté asomándose al abismo de la catástrofe.

Una semana en la que recibas una carta que no sea del banco o de timofónica o del gas o...

Una semana en la que no te de miedo de que suene el teléfono.

Una semana de paz. De total y absoluta paz.

4 comentarios:

  1. ¿Una semana? Ay, Cal. Que yo me conformo con un par de días así, y poder dormir, sobretodo eso, y no apretar las mandíbulas mientras lo hago, no despertar con el agobio de todo lo que puede llegar a pasar hoy.

    Vaya vidita. Yo me bajo, ¿eh?

    (De regalo, cita de la película Airbag: "Yo lo dejo, mujer, que esto es muy estresante... ¿Eh? Interesante no, mujer, ESTRESANTE!!)

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  2. Eso que pides es prácticamente imposible, pero no es imposible, solo difícil, el que no te las tomes como una catástrofe, aunque alguna esté muy cerca de serlo, o incluso lo sea. Las cosas desagradables o simplemente malas suceden, nos suceden. Parece ser un aprendizaje de años el saber tomárselas con cierta normalidad.

    Dar consejos es fácil, ya lo sé.

    Un saludo

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  3. Dímelo a mí: vendo o incluso regalo tres hijos adolescentes, que me tienen... me tienen... ffffffuuuuuu...

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  4. ¡Gracias, chicos! Si habéis visto la entrada que acabo de publicar, ahora mismo no tengo muchas ganas de hablar.

    Besos.
    Cal.

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