15/9/11

Bienvenido al mundo

No sé ni cómo puedo tener el cuajo de ponerme a escribir en semejantes circunstancias... Supongo que al final va a ser cierto eso de que la escritura exorciza nuestros demonios (en este caso ¡los nervios!) y por eso me he abierto blogger nada más recibir una llamada de mi adorado tormento diciéndome que mi cuñada -su hermanita- está de parto en el hospital. Ayer noche echó el tapón, así que era cuestión de días, pero, ¡¡¡¿de horas?!!! No me lo esperaba tan pronto. Ô_Ô

Me hacía mucha ilusión que hubiera nacido el día de mi cumpleaños, que era en principio más próximo a la fecha prevista de parto, pero a estas alturas de la película ¡qué más da, ¿no?! Me recuerdo ahora mismo a los padres que salían en las películas del Hollywood Dorado, esperando en el nido del hospital, ventilándose un paquete de cigarrillos en menos de lo que canta un gallo (he prometido dejarlo tras el nacimiento del arrugao), mirando medio tarados a todas las enfermeras que se acercaban al cristal con un churumbel entre los brazos... Alguna vez me plantee ser doula y ayudar a las mujeres durante la gestación, el parto y el post parto. Hoy me estoy dando cuenta de que hay que tener la ansiedad más que templada para tal cosa. ¡No encuentro ni las camisetas en el armario!

Ruinas del Monasterio de Carracedo, León.

Estoy muy feliz. Muchísimo. En cambio un poso de melancolía pugna por salir a flote en semejante circunstancia. Dentro de unos días sabrán porqué a parte de por la soberana majadería de cumplir un año más y no estar ni siquiera en la linea de salida hacia ninguna parte (tal vez debería de dejar de releer a Ortega con semejantes periplos vitales pululando sobre mí).

Les dejo escritas varias entradas y ¡me voy! Yo que pensaba estar relajada estos sábado y domingo escribiendo y dibujando y sin hacer básicamente nada más interesante y ya ven, en la carretera de nuevo. ;-D ¡Pásenme un buen fin de semana!

2 comentarios:

  1. ¡¡ENHORABUENA!!

    Y un abrazo al tío, a R.

    Un beso.

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  2. Muchas gracias, Portorosa. Le doy el abrazo a R, que está medio loco con el enanito (no quería soltarlo anoche, ¡no me extraña, está para comérselo!).
    Otro beso para ti.

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