22/1/12

La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera

Cuando estoy en casa de mis padres y los continuos quehaceres de un espacio inhabitado me dan una tregua, me gusta perder el tiempo repasando los libros que pueblan las estanterías del salón. La mayoría de ellos leídos, en cambio cuando ojeo sus páginas suelen sonarme como algo ajeno a mí, olvidado. En mi última visita saltó a mis manos el libro que hoy rememoro y sus palabras tronaron frescas y familiares en mi cabeza.

Mi primer libro de Kundera me ocupó apenas dos días mientras cuidaba de mi padre muy muy muy enfermo en el hospital. A los cinco días murió. Tras la lectura también murieron para mí los príncipes azules y los cuentos de hadas en los que los finales son felices y se comen perdices: tanto el amor como su ausencia duelen. Lo intuía tras dos garrafales decepciones con eso del corazón, pero esta fue la confirmación de mi presentimiento.

"El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarla en sus vidas posteriores. 

¿Es mejor estar con Teresa o quedarse solo? 

No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero ni siquiera boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación de un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro. 
(...) 
Lo que solo ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre solo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto."

¡Me chifla!

4 comentarios:

  1. Hold Fast24/1/12 10:09

    Te puedes creer que todavía no he leído ese libro? En cuanto termine mis ultimas adquisiciones comiqueras (varios de Carlos Giménez, Pildoras azules, Recopilatorios de los Freak Brothers, y dos de TARDI) me pongo

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  2. Bueno Hold Fast, leer a Kundera no es precisamente fácil salvo que te guste la mezcla de ensayo y novela. Quizá lo que hace sencilla la lectura es que los capítulos son muy cortos, con lo cual son como pequeñísimos artículos (a los que hoy estamos tan acostumbrados gracias a internet).

    Nunca he leído nada de Carlos Giménez. :-O Píldoras Azules debería estar desde hace tiempo en mi mesita; me gusta el naturalismo como corriente literaria y en cómic es difícil de encontrar. Gilbert Shenton y en general todo el cómic underground yanqui me gusta un montón. En Madrid Cómics (no sé si eres de la capi) tienen una sección en el sótano bastante apañada. Y de Tardi, pues lo mismo que de Giménez, nada.

    Me pondré con ello también. Sobre todo con Píldoras Azules, eso sí en cuanto termine La Montaña Mágica un hándicap que me he marcado desde 1998 y que este año tengo que concluir porque me he hecho la promesa de no comprar ni un libro hasta que no queme el de Mann.

    Saludos.
    Cal.

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  3. Hold Fast24/1/12 11:16

    La montaña mágica.. prefiero la novela rusa, los alemanes son demasiado rocosos.

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  4. Si tardó veinte años en escribirlo... Sí es un poco duro, la verdad. Está genialmente desarrollado, es capaz de hacerte creer que en una página han pasado decenas de años así como suspenderte el tiempo ad aeternum en un solo párrafo: experto con las descripciones por ejemplo un botón en cuatro o cinco páginas, con eso te lo digo todo. :-S

    También prefiero a los rusos, al menos en literatura. Empecé a estudiar cirílico para, entre otras cosas, leer a Dostovieski en su idioma original. Supongo que con ver su tumba y agradecerle las horas pasadas con él tuve más que suficiente. Debería releerlo para desintoxicarme de T. Mann.

    Leeré a Tardi y a lo mejor hago un post. ;)

    Vaya, un lector con el que hablar de libros.
    Salu2.
    C.

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