14/3/12

Cortoplacismo

Entre que Heinrich Geissler inventara el Tubo de Geissler y que Wilhem Röntag fotografiara la mano de su mujer con su anillo flotante mediante rayos X pasaron unos cincuenta años del siglo XIX. La aplicación radiológica para poder ver el interior de un cuerpo humano sin necesidad de sajar tardó en asentarse unos años más. Hoy en día nadie duda del avance que supusieron la introducción de los rayos X en, por ejemplo, el diagnóstico médico.

Señores, es que de nuevo estoy que me subo por las paredes. Estoy cansada de oír la palabra recortes a cada minuto, tanto que suelo desconectar. Total, ¿para qué? ¿para ponerme de mala ho**ia, ehem, uva? Ayer puse en funcionamiento la antena de nuevo porque hablaban de recortes en investigación y, casualidades, una de mis mejores amigas (desde parvulitos, jaté) es investigadora médica recién llegada desde el Hospital Monte Sinaí de Nueva York para continuar aquí con su carrera. ¿Saben qué porcentaje de recortes ha sufrido la investigación científica en estos dos últimos años en España? Alrededor de un 12 %. Se prevé que en estos próximos presupuestos generales del estado se reduzca un 8%. Alucino.

España nunca ha tenido un gran reconocimiento internacional a nivel científico -solo tenemos dos premios Nobel al respecto: Santiago Ramón y Cajal y Severo Ochoa-, pero las últimas generaciones de investigadores venían pisando fuerte y parecía que lo que quedaba en un sueño traducido en el exilio la mayoría de las veces, tornaba en un ligero despegue español en I+D+i.

Esto ya no es cuestión de colores políticos, no. Para estas cosas los dos partidos que suelen gobernar este sacro santo país pecan de estulticia y miopía. Una investigación no da frutos en el corto plazo y a veces requiere de unos esfuerzos económicos importantes, pero el beneficio que reporta con el paso del tiempo es incalculable a nivel monetario (no digamos social), que parece que es lo único que interesa: la pasta.

En un momento en el que a los politicuchos españoles se les llena la boca con la ampliación a otros sectores de los pilares económicos -ladrillo y turismo- que sustentan el PIB del país, se les olvida la innovación. ¡Vaya! Pues nada, como tenemos recursos y materias primas a puntapala (ironía), venga, dejemos lo de la invención para otros. Tanto que se fijan en Alemania y Francia y Reino Unido para según qué reajustes, miran hacia otro lado cuando estos países a diferencia del nuestro aumentan sus inversiones en investigación y desarrollo. Honestamente creo que estos señores, nuestros gobernantes, han perdido la cabeza de todas todas.

Les invito a leer con detenimiento esta carta abierta de las principales sociedades científicas que van a tratar de explicar* a un presidente que al parecer adolece de oído para escuchar las propuestas de los ciudadanos.

A veces me siento poco orgullosa de ser española.

(*) Por cierto, la carta ya ha sido firmada por 18.000 investigadores. El dato de la noticia no es actual.

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