8/3/12

Progenie

Este egoblog se empieza a parecer a los telediarios pues en ciertas fechas se redactan noticias acorde al momento: las vacaciones, la vuelta de vacaciones (y su ¿depresión? postvacacional), el IPC de Enero, las pérdidas de los agricultores porque hace demasiado frío, demasiado calor, llueve mucho o no llueve nada y el gordo de Navidad.

Ocho de Marzo. Día de la Mujer Trabajadora. Ay, señor, ¡cuándo dejaremos de felicitarnos por esta fecha! ¿Tan raro es hoy en día que las mujeres en el primer mundo trabajen? (no me hagan aquí apología de las cifras del paro que las sufro en mis propias carnes ni el tema del ama de casa que ídem).

Niños.

Nunca he sido especialmente niñera. De hecho hace que no veo a mi sobrino la friolera de tres meses y tiene cinco, glups. Nada más le vea, eso sí, me lo voy a comer a besos y seguramente seré su tía favorita cuando sea algo más mayor porque debo de ser para los chiquitajos lo mismo que San Francisco para los animales, quicir, todos vienen a mí.

Peeero es que se me llevan los demonios con ciertas cosas que oigo ¿favorecer la maternidad de las mujeres a través del cambio de la Ley del Aborto mezclado de paso con la violencia de género 'cause I worth it? ¿Violencia de género contra las embarazadas? ¿Mande? Mire, querido ministro, la maternidad se estimula de otra manera meridianamente opuesta a lo que usted está defendiendo. Le cuento.

Hace dos años intenté ser madre. El primer intento fue un susto morrocotudo. ¿Qué es lo primero que pasó por mi cabeza cuando el test se tiñó de un rojo furibundo para mi sorpresa? Lo que iba a hacer con el rorro tras su nacimiento en Agosto. Sí, estaba (estoy) en el paro. Sí, tenía (tengo) una madre gran dependiente a la cual cuidaba en exclusividad. Sí, estaba (estoy) todo el día como el baúl de la Piquer A1 para arriba A1 para abajo cuando no pegándome carrerillas automovilísticas al hospital más cercano con mi madre que, ¡cosas! está a cien kilómetros de su casa.

Ni ley de dependencia, ni ayudas a la maternidad porque hete aquí que yo vivo en Madrid y mi madre en Castilla y León así que estaba a nivel social y sanitario en una especie de limbo que me hacía contar una y mil veces a todo el personal asistencial y médico mi historia vital porque a veces me atendían aquí y a veces acullá. Asumí de entrada que si quería guardería (necesarísima en mi situación de única cuidadora de una gran dependiente), tenía que renunciar a la paupérrima ayuda que le dan a mi madre para su cuidado.

No les cuento lo que es ir a una entrevista de trabajo con un pequeño bombo y toda tu femineidad desbordándose por un escote escondido... Imagínenselo.

La maternidad se estimula, querido ministro, de otra forma más sencilla: apoyando a las mujeres en su libertad de decisión sea cual fuera esta (a ver si se creen que un aborto es una fiesta que celebrar). Si no se quiere ser madre, hay que estar ahí. Y si se quiere ser madre, hay que estar ahí. Más guarderías, más colegios, más flexibilidad, más conciliación, teletrabajo, nidos en los propios centros de trabajo, etcétera... Más igualdad entre los derechos paternales y maternales: sí, queridos varones, en esto ustedes también tienen un camino que recorrer.

Se les llena la boca hablando de los derechos de los nonatos y no tienen ni un ápice de consideración hacia los bebés que ya están aquí. A mí se me cae el alma cuando veo a enanos de tres meses de vida en las guarderías.

Y, sí, vale, a mí no me gustan especialmente los niños, ya lo he dicho arriba, pero si algún día decido aventurarme de nuevo a ser madre, quiero serlo en toda su plenitud, cuidando a mis hijos, dándoles lo mejor de mí, disfrutando de su compañía, aprovechando cada minuto y sin tener que renunciar a una carrera por la que estoy sudando sangre para poder remontar (y que si la paré, fue para ir a cuidar a mi madre porque nadie me echaba una mano en su cuidado y se estaba muriendo de, entre otras cosas, inanición ya que se le había olvidado cocinar).

A esto le llaman posfeminismo. Pues miren, sí, soy posfeminista y muy orgullosa de serlo.

6 comentarios:

  1. Eso es. Más de uno tendría que leerse esto, especialmente los ministros opusinos y las señoras de perlones.

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  2. Gracias, chicos y chica. ;-)

    Venía pensando durante el día muchas cosas (todas las que mi febril mente me deja) y me acordaba del caso de un empresario ¡al loro! que despidió a uno de sus empleados masculinos porque solicitó la baja por paternidad. ¿Cóooooomo? Como lo oyen. De mear y no echar gota. Este es uno de los principales pilares contra los que hay que luchar no que si el aborto es o no delito, cojones, que a nadie le gusta pasar por un trance así aunque sea por propia decisión.

    Hoy he seguido de cerca todas las noticias que ha generado nuestro ex alcalde y si bien es verdad que existe cierta discriminación con las mujeres embarazadas y las que estamos en época fértil (sobre todo a las que nos quedan dos telediarios para poder ser madres), la manera de formular esta idea que tuvo Ruíz Gallardón y más tarde sus amigotes de partido y acólitos ha sido fallida de todas todas.

    Las mujeres no tendríamos que sentirnos como que nos están haciendo un favor por poder amamantar a nuestros hijos sino que el favor lo estamos haciendo nosotras (vosotras las que sois mamás) porque gracias a nuestra progenie luego estos señores (y nosotros con algo de suerte) podrán tener jubilaciones, vacaciones del Imserso y quorum de consumidores de sus productos.

    En fin... que me vuelvo a clase que todavía me echan la charla por darle a la tecla de esta forma.

    Por cierto, Eu, que yo a veces también llevo perlones. :-PPPPPP

    ¡Besus!

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  3. A ver, ¿dónde hay que firmar?

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  4. Hola, Neo. Para mí ya has firmado. Este post no saldrá nunca de nuestra pequeña comunidad, así que como que ya hemos dejado clara nuestra postura. Este tema, como casi todos en nuestra sociedad, es flor de un día. Este fin de semana nos hemos rajado las vestiduras por él y pasado mañana estaremos, no sé, con la celebración del 11M y la ausencia de alguna de las asociaciones que representan a las víctimas. C'est la vie!

    Un besazo. ;)

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