¡Ay! ¿Qué te pasa esta mañana, pobre musa?
Tus hondos ojos pueblan las nocturnas visiones
y en tu tez reflejados, alternativamente,
veo horror y locura, taciturnos y fríos.
¿El súcubo verdoso y el duendecillo rosa
te han vertido el amor y el miedo de sus urnas?
¿Con tu travieso y déspota puño, la pesadilla
te ha hundido en lo profundo de un Minturno quimérico?
Quisiera que un aroma saludable exhalando
habitaran tu pecho los pensamientos fuertes
y fluyera tu sangre cristiana en rítmicas olas
cual los muchos sonidos de las viejas sílabas
donde alternados reinan el padre de los cantos,
Apolo, y el gran Pan, señor de las cosechas.
"La Musa Enferma", poema VII de "Spleen e Ideal", Las Flores del Mal, Charles Baudelaire (*).
Ustedes al igual que yo sabemos que sacar adelante cualquier proyecto creativo -no solo artístico, pocas personas he conocido con más creatividad que los científicos- conlleva horas y horas de trabajo, disgustos y fatigas y a menudo no se saca nada en claro. Ojalá apareciera una hada apolínea que nos librara de esos momentos de angustia y vacuidad ¿verdad?
De un tiempo a esta parte todo lo que hago me parece una birria y no puedo remediarlo (ni lo que hago ni el hecho de no poner remedio). Se lleva la palma la escritura y para ser más exactos esta bitácora. No encuentro el motivo exacto a la avalancha de fruslerías vertidas aquí. Pero no dejo de escribir, casi de manera compulsiva, como que tuviera acontecimientos que compartir o puntos de vista novedosos sobre cualquier tema. 0_o
A veces me tiro horas y horas frente a la pantalla y trato de olvidarme por días de lo tecleado y cuando retomo el texto, me parecen pensamientos/hechos que carecen de interés, ¡tonterías! Llegados a ese punto termino por meterme en el atolladero todo-me-parece-una-mierda y me enfado (y mejor quedarnos aquí, apartándonos del terreno narratológico, ilustrativo, fotográfico... que me cebo conmigo misma). ¡Hmpfff!
No creo en las musas y sin embargo estoy echando de menos a la mía hasta caer en manos de la desesperación. ¿Dónde estás, mi niña?
(*) La poesía no es Poesía hasta que no se lee en su idioma original. La traducción que les ofrezco es de Alain Verjat y Luis Martínez de Merlo. Aquí tienen el poema en francés.
Estará de descanso. Volverá.
ResponderEliminarMuchos besos
Gracias, Aquí. Besos para ti también.
ResponderEliminarAh, por cierto que no voy a dejar de escribir (de hecho es lo que estoy haciendo en este preciso instante). La sensación es otra, es diferente al aburrimiento; es algo así como no saber para qué vale todo esto y ¡ojo! sin tener pretensiones de nada que es como mejor sale todo lo que te propones. No sé explicarme. Tal vez es la falta de motivo (no me sirve un porque sí, ya no) más que de ganas. Supongo que no se trata de un bloqueo creativo sino de vacío (al margen de mi autoestima, variable que no ha entrado en juego en lo escrito). Divagaciones...
ResponderEliminarThis is not the end.
Bueno, puedes escribir como si fueras otra, como lo haría otra. Por dar alguna idea.
ResponderEliminarPero seguirás escribiendo, eso sí que lo sé.
Un abrazo
Es una buena idea, José Luis. Ayer por la tarde un chico leyó un relato que había sido escrito por un personaje de su novela y fue simplemente espectacular como él se pudo poner en la piel de una mujer totalmente diferente en cuanto a carácter. Me encantaría poder hacer eso mismo, pero debe ser que no soy buena actriz. :-D
ResponderEliminarEn cualquier caso ya tengo tres pseudónimos, ¡como para tener un cuarto!
Besos.