24/1/13

Restaurante El Alquimista.

Hace un montón que no hago crítica gastronómica. Supongo que será cuestión de vagancia porque el ritmo de salir por ahí para ponerse como un gocho comiendo no ha disminuido en exceso. Sí que es cierto que ahora mismo no se puede permitir una el lujo de ir a restaurantes con miles de estrellas Michelín (ríos de lágrimas solté al pasar por delante del Akelarre y no poder entrar, sniff), pero de vez en cuando merece la pena darse el gustazo. Sobre todo después de haber conducido unos doscientos kilómetros con una niebla más densa que el mercurio para llegar a la capital de la cultura por excelencia: Salamanca.

Como casi siempre mi muñeco fue el encargado de sorprenderme al encontrar en una pequeña plazuela salmantina, cerca de la Gran Vía aunque alejada de su bullicio, un restaurante chiquitín que podría pasar perfectamente desapercibido salvo que vayas ahí con intención.

Al entrar el local destila esa decoración tan de los tiempos que corren donde el minimalismo se apodera del espacio salpicado de alguna reminiscencia industrial (vigas de acero) e incluso rústica. La luz proveniente de luminarias indirectas y lámparas suspendidas sobre las mesas le aporta calidez al recinto.

La carta es reducida, pero no poco variada. Siempre he admirado más los restaurantes que tienen cuatro platos bien cocinados que los de cientos de referencias en la carta hechas al tuntún y presentadas con un gusto pésimo. El Alquimista es todo cocina de autor y delicatessen.

El segundo plato le tuve claro desde el primer momento: Manitas con langostinos y lentejas (por supuesto en la carta está nombrado con más prestancia que el que yo aquí escribo). A ver, me chiflan las manitas de cerdo, me encantan los langostinos y las lentejas son mi legumbre favorita. Tenía la curiosidad de conocer cuál podría ser el sabor de semejante mejunje. Os lo digo: divino. :-]------

Con el primero dudé, pero mi elección fue acertada al escoger Raviolis de buey de mar en crema de espinacas. Las espinacas (y las acelgas) son un producto difícil de cocinar debido a su sabor terroso. La textura del puré era buena, bien conseguida. La combinación de mar y montaña de la receta muy acertada.

Aunque normalmente optamos por el menú degustación cuando vamos a conocer restaurantes nuevos, en El Alquimista tiramos de carta así que también probamos el Hummus con tomate y cebolleta (muy rico aunque no deja de ser un hummus) y el Calamar con bizcocho en su tinta (buenísimo).

A punto de explotar de tanto comer no desdeñamos meternos entre pecho y espalda un par de postres. Para mí ¡cómo no! una Tarta de manzana con helado de vainilla (aunque me quedé con ganas de chocolate...). No piensen en un tatin de manzana. Imagínense más bien una tarta deconstruida (así la adjetivó la propia camarera) en taquitos de manzana y hojaldre. Estaba deliciosa, quizá un poco a falta de azúcar. Y el Cremoso de Queso de Hinojosa... si algún día estoy en el corredor de la muerte y me conceden un último deseo, yisuscruaist, que me pongan ese plato a calderadas.

Por si fuera poco también nos pimplamos un par de copitas de vinos generosos para maridar con los postres. Tienen una buena selección de ginebras, rones y whiskies (sin mi favorito), pero preferimos tirar por el producto patrio. Un syrah tinto dulce, V.T. Campo de Cartagena de nombre Darimus que a mí particularmente me entusiasmó (deformación profesional on -la botella es monísima- deformación profesional off). Y un moscatel blanco semi-dulce, V.T. Castilla, Corazón Loco, que combinaba muy bien con mi tarta.

Hablemos de pasta. ¿Cuánto creen ustedes que nos cobraron por semejante festín? No llegó a sesenta y cinco euros. :-D

¿Lo peor de todo? La frase serigrafiada en la pared haciendo referencia al libro El Alquimista de Paulo Coelho. ¿Qué le verán a este escritor?, firgen santa, ¿qué?

Nota_ 8,5/10

Restaurante El Alquimista
Plaza de San Cristóbal, 6
37001 Salamanca
T_ 923 21 54 93
www.elalquimistarestaurante.com
(deformación profesional on -la página web es para querer arrancarse las retinas- deformación profesional off)

2 comentarios:

  1. Es que le das a todo.

    Un abrazo

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  2. Es lo que tiene haber sido camarera desde los 16 (y vivir con un sibarita culinario, todo se pega). ;-) Aunque ya sabes lo que dicen: el que mucho abarca...
    Abrazote.

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