11/2/13

MMX

El día que a uno (una) le pasa algo cruel es el mismo día que a otro le toca la lotería, por ejemplo. Para el poco agraciado se trata de una fecha a olvidar o simplemente para que pase sin pena ni gloria en la rutina diaria, pero que sea por lo que fuere la memoria trae al presente año tras año.

Qué deprisa pasa el tiempo y, curioso, tengo la sensación de no haber avanzado prácticamente nada en tres años. Todo va leeento, pero todo va a toda mecha.

Me pregunto qué habría sucedido si en vez de ser el objeto del infortunio, hubiera sido la afortunada. ¿Dónde estaría ahora?

2 comentarios:

  1. La verdad es que siempre he sido afortunado. Vale, no siempre, pero incluso las cosas chungas al final me han colocado en una situación favorable, o más favorable de lo que hubiera sido en caso de haber salido bien, o lo que yo pensaba que era "bien" en ese momento. Sé que es un lío. Tal vez sea simplemente mi propensión a ver el lado bueno de las cosas.

    Por cierto, no está mal la peli...

    ResponderEliminar
  2. Ay, Neo, ay... siempre me he considerado persona positiva y de las que tiran palante contra viento y marea, pensando aquello de lo que mata te hace más fuerte, pero esta -digamos- racha de mala suerte ha estado a punto de tumbarme varias veces y aún quedan varias batallas que librar no precisamente pequeñas. A ver si en este impasse se rellenan las baterías de resiliencia. :-)

    A mí la The Master no me disgustó, pero tampoco salí tocando palmas. Ni fu, ni fa. Si tienes por ahí alguna sugerencia cinematográfica que hacer... Estoy pendiente de ver Las ventajas de ser un marginado ya que me encanta el actor Ezra Miller, me pica la curiosidad y alguna más por ahí, pero ando bien liada hasta fin de mes. A ver si saco tiempo.

    ResponderEliminar