20/3/14

Un cuarto propio, Virginia Woolf.

Si nos adiestramos en la libertad y el coraje de escribir exactamente lo que pensamos; si nos escapamos un poco de la sala común; (...) si encaramos el hecho (porque es un hecho) de que no hay brazo en que apoyarnos y de que andamos solas y de que estamos en el mundo de la realidad y no solo en el mundo de los hombres y las mujeres, entonces la oportunidad surgirá. (...) Sostengo que vendrá si trabajamos por ella y que vale la pena trabajar hasta en la oscuridad y en la pobreza.
La primavera me (sienta) suele sentar mal. Si aderezamos su estreno con la percepción de enquistamiento vital en que me hallo, que me hace pensar continuamente para qué tanto esfuerzo...

Mientras pienso me grapo mirando la balda donde tengo mi personal olimpo de escritores y salta a mis ojos la preciosa edición que me regalé hace meses de Un cuarto propio de Woolf, y lo releo, y empiezo a ver capullitos de flores a punto de brotar en vez de alergia al polen.

5 comentarios:

  1. Esos son los mejores brotes, desde adentro hacia afuera.
    Irán creciendo y floreciendo.

    Besos

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  2. Cuesta, a veces, pero hay que esforzarse en mirar de manera optimista, al menos moderadamente. Pero no resulta fácil, a mí tampoco.

    Un abrazo

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  3. Brotes lo que se dicen brotes..., mpfff. Estoy un poco de capa caída desde mi última y reciente experiencia laboral.

    ¡Si soy muy positiva! Lo que sucede es que también realista y, ya se sabe, un pesimista es un optimista bien informado. :-)

    Pero adelante, siempre hacia adelante. La otra solución no es la buena.

    Besos y abrazos para los dos.

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  4. Qué bien.
    Da gusto que la literatura haga (también) eso.

    Un besazo, Cal.

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  5. Si obviamos que la señora Woolf se acabó suicidando, su literatura me hace ser más guerrera, ver el rayo de luz. Sí, es una maravilla.

    ¡Me alegra verte por aquí, Porto! Un beso también para ti.

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