16/10/14

La catarsis de Mr. Propper.

Abres la puerta de casa y te encuentras con toneladas de ropa desperdigadas por el suelo, por las sillas. La cama es un amasijo de trapos que en algún momento fueron sábanas. La nevera está llena de cadáveres; tan solo se ve lustroso el medio limón que habita en el fondo de cualquier refrigerador que se precie y que, estoy convencida, sería capaz de sobrevivir al holocausto nuclear. Bolas de papel que no han sido encestadas, libros, revistas, cuadernos, tijeras, rotus, lápices, tazas de café con poso seco, botellines de cerveza pegados a la mesa.

He escrito un nuevo récord en mi personal libro Guiness: quemarme en un curro en menos de quince días.

Sabes que te estás haciendo mayor cuando el olor de la lejía en vez de darte arcadas, te empieza a proporcionar sensación de limpieza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario