Supongo que alguno de vosotros vive por Madrid… No sé yo si ayer fuisteis uno de los miles de coches que pasaba por la Castellana en dirección norte, me figuro que hacia el Bernabeu… Bien, pues yo también iba en uno de esos coches (pero no al Bernabeu. Ja). Un coche nuevo, negro, chulísimo que era muy difícil que tuviese una avería en medio del cebollón que había en el la carretera. Pero, se averió. Sí. Un coche sacado del concesionario el 3 de enero del presente año y va el cabronazo y se avería en medio de la Castellana, justo en el carril de en medio, quedándose parado y no haciendo caso a la llave de contacto (ni a mis insultos, claro).
Menos mal que no iba sola en el coche, aunque no sé qué es peor. Conducia mi paquete y detrás iba Stephen, un alemán que no le echamos de España ni con agua hirviendo (se está planteando dejar a su churri y venirse aquí a vivir. Claro, con un pisito en la calle Montera cualquiera no). Así que ahí me tenéis a mi intentando defenderme en mi inglés de pueblo con un alemán en medio de la Castellana atascada y esperando a que mi súper paquete (héroe ande les haiga) nos salvase.
Que sepáis que sólo fue la gasolina. Sí queridos: LA GASOLINA. Como que no diese suficiente lata un coche cuando se le enciende la lucecita (ruiditos, parpadeo, incordio) de la reserva, pues paquete y yo no nos dimos cuenta en un día y medio (ay, como para trabajar de detectives).
Y lo tengo que decir porque si no reviento. Íbamos a ver a un mito de este país, a un genio de la música, a un músico con mayúsculas, a un ídolo de mi adolescencia y juventud. Único, inigualable y que, francamente, me dejó muy pero que muy satisfecha con su concierto en petit comité en Moby Dick (cuando llegue a casa pondré el link para que veáis los pedazo conciertos que van a venir): JOSELE SANTIAGO, antiguo vocalista de Los Enemigos. Bueníiiiisimo, alucinante. Francamente está en mi Top Five de conciertos. Tocaron sólo él y Novoa (un guitarrista cojonudo), pero es que no hacía falta nada más. Ellos solos llenaban lo suficiente la sala. Rock en estado puro.
Disfrutamos, no se puede negar. Y a Stephen, que lo único que conoce de España son los Héroes del Silencio y Los del Río, le encantó. Trabajo cumplido. Enhorabuena Josele.
