La historia de Laura y Felipe
Laura conoció a Felipe un bochornoso día de verano del año 1.955 cuando iba paseando por la calle con su hermana pequeña Tina. Para ella el primer encuentro entre ambos fue un tanto desagradable. Felipe, apostado en lo alto de un andamio, le soltó una barbaridad de esas que sólo los hombretones de la construcción saben soltar con tanta soltura a lo que Laura contestó un severo y sonoro “grosero” y se marchó a trote cochinero con la hermana pequeña que aún no tenía edad para entender la dialéctica entre hombre y mujer.
Al poco tiempo Laura y Felipe coincidieron en la verbena del pueblo. Felipe invitó a Laura a bailar un pasodoble y ésta se vio en la obligación de no desairar al muchacho y aceptar de mala gana la petición. Qué diría la gente si ella decía que no a uno de los mozos más guapos del pueblo.
A los nueve meses Laura rompió con su novio de toda la vida y a los trece meses Laura y Felipe contraían matrimonio en la Colegiata del pueblo entre la zambra y el bullicio de los lugareños. Convite general para la familia y picoteo para todo aquel que se quisiera acercar por allí. Autobús, maleta de piel con correas y luna de miel en Cáceres, lugar de origen de la familia de Laura.
Católicos y Estériles
La normalidad y la rutina tardaron en llegar al pequeño núcleo familiar formado por Laura y Felipe. Los primeros años del matrimonio estuvieron ocupados con la construcción de un hogar propio y el establecimiento del estatus laboral, social y económico.
Pero los hijos no llegaban. Estuvieron varios años intentándolo con ahínco, pero nada, los resultados fueron nulos.
Visitaron a varios médicos. Y llegó la sentencia: un tapón en ambas trompas de Falopio originado por una infección silenciosa había reducido las posibilidades de procrear al 5 %. En fin, prácticamente imposible. En ese momento Laura tiró la toalla. Se resignó a no ser madre nunca.
Pero los ánimos de Felipe no se desvanecieron tan pronto. Sin consultar a Laura comenzó a informarse sobre los trámites de adopción de un bebé. Por el camino se encontró con Daniel.
P.D. Esta os prometo que sí que sigue. La de Delia Parte II está aún en marcha, que no tengo tiempo material, en serio.
Besitos.
Cal.
Actualización, 18.07 horas
Aún a riesgo de que me cacen escribiendo la mega crónica del cumpleaños de la Divina Gilda, aquí me tenéis pegándole a la tecla como una descosida y disimulando como que estoy haciendo atajos de teclado... Todo un show. Eso sí, hasta dentro de unos días, no la colgaré. I'm sorry Divine Gilda, pero tengo que terminar con la serie de posts que he comenzado hoy. Tendrás noticias mías de tu fiesta, ya verás. Hale, más besitos que voy a seguir con los trabajos que nos manda el señor. Calamity.