10/9/13

El que mucho abarca.

Estoy con un cólico nefrítico terrible. Doblada en el sofá con una especie de cinturón de castidad que me aprieta mientras trato de parir una piedra sin epidural ni ninguna otra anestesia posible, que el alcohol me lo tienen prohibido.

Pero estar malo es a veces bueno. He tenido que parar mi frenética actividad oficinesca mientras me colman de mimos con sabor a puré y pollo sin especias. Esta tarde me hartaré a ver pelis y esta mañana me he hartado a leer cosas. Sí, cosas, porque los libros les tengo aquí a mi vera aparcados. Hoy son demasiado para mi cabeza febril.

Y me he dado cuenta de que, generalizando, la gente laureada no es diletante (entendido no como la Rae expone sino como Moliner lo hace). Se dedican a una cosa.

Yo soy diletante, vamos, poco fiel. Salto de un tema a otro con facilidad y me entusiasmo con cualquier actividad a la misma velocidad que me deshincho de ella. Todo me aburre enseguida. Aún así retomo esas mismas tareas de vez en cuando y me torturo por no haber seguido esa senda. Suponen flecos sueltos que ni corto ni ato, se quedan ahí colgando ad aeternum.

Solo hay tres tareas -¿vocaciones?- a las que nunca he renunciado: escribir, dibujar y, desde los doce años, fotografiar. Pero cada una de ellas podría ocupar perfectamente las veinticuatro horas de un día si una se quisiera dedicar a ellas de forma más o menos profesional...

Las dudas me invaden porque, aunque las tres marías sean mis eternos flecos, no puedo decantarme por uno solo de ellos y desprenderme de los otros dos. Pero también estoy convencida de que mientras no suelte carga, no conseguiré elevarme.

7 comentarios:

  1. Y yo cabreado por una simple y ligera contractura.
    El dolor me transforma, me arisca, me... Y lo combato con malhumor, desplantes y prácticas suicidas. Tu, en cambio, mantienes el sentido del humor.

    ResponderEliminar
  2. Ssshhh, ssshhhh...

    Tranquilita, ahí, ponte alguna peli y ya está. Que eso duele mucho, que lo sé yo.

    ResponderEliminar
  3. Ja, ja, ja, ja, ¡ya estoy alive & kicking! No puedo parar quieta ni un solo día. Así que me he ido de viaje con mis amigas,aunque un poco cagadita de miedo por las recidivas, pero nada. ;-)

    ¡Cuidate, Pau! Las contracturas son muy puñeteras, pero ¿prácticas suicidas? No, hombre, no. Un buen fisio y santas pascuas.

    El club de los nefríticos, Neo. :-D Nos vamos haciendo mayores, ay, señor...

    Muchos besos para los dos.

    ResponderEliminar
  4. Me alegro de que, como suponía, estés mucho mejor. Puedes dedicarte, por lo menos, a las tres cosas que comentas, seguro, y ser feliz aunque quizás no laureada.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Ya sabes, José Luis, soy de esa generación a la que le han metido en la cabeza que tras seguir unos pasos se conseguiría el éxito en lo que uno se propusiera. Creo que la llamaban Generación X...

    Soy feliz haciendo lo que hago y realmente no pretendo nada. Solo que a veces me enfado conmigo misma por el resultado tan insustancial en mis dedicaciones.

    Abrazotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo del resultado "insustancial" nos pasa en alguna medida a todos, o a casi todos. El ideal es encontrar un trabajo, o algo parecido, que cubra tus necesidades básicas (antes hay que definirlas) y luego hacer, también y con mucho interés, lo que realmente te guste, sin esperar prácticamente nada a cambio, mas que satisfacción personal, pero sin concesiones. Muchos creemos que lo que mejor hacemos no tiene traducción económica, esa es la verdad.
      Generación X: mi hijo es más joven, 25, bien preparado y con un futuro más que incierto en España. Hoy participa, mínimamente, en un Congreso sobre Genética. Yo era de letras y su madre también, pero nos alegramos mucho, mucho.

      Un abrazo

      Eliminar
  6. ¡No! ¿Genetista? ¡Venga! ¡Es una de mis vocaciones frustradas junto con la física! Le deseo mucha suerte a tu pequeñajo. Tiene que ser un orgullo para vosotros. Los de 25 y menores se les ha dado por llamar ninis, acepción con la que no estoy nada de acuerdo. Ninis han habido en todas las épocas de la historia. Hablo con gente joven y, a lo mejor es que he tenido suerte, pero la mayoría de ellos son personas excepcionales.

    Ah, totalmente de acuerdo con tu comentario. Primero mantenerse y después dios dirá. Sería genial poderse dedicar a algo que te gusta (por fortuna lo he conseguido durante unos cuantos años), pero las verdaderas satisfacciones vienen de fuera del trabajo. No tengo duda.

    ResponderEliminar