Este año está siendo malucho con el tema de llevarse por delante a celebridades del mundo de la música. Primero fue Bowie, al poco Prince y hoy Cohen (y soy consciente de algunos otros quizá no tan mainstream como estos dos, pero igualmente valiosos en los dominios de Euterpe).
Leonard Cohen pasó hace poco por España y no puede ir por circunstancias que he plasmado en este blog de continuo. Recuerdo que una de las últimas publicaciones que hice en mi muro de Facebook fue en referencia a su concierto. Enlacé un video del canadiense tocando en directo I'm Your Man (canción que no es que me guste, es que me fascina absolutamente, con su cadencia aterciopelada y lenta, ¿quién no quisiera que la vida discurriera así?) y escribí algo así como "él allí y yo aquí". Todavía albergaba la vana ilusión de verlo algún día en directo. :-)
Recuerdo ver los videos en blanco y negro de First We Take Manhattan en Rockopop cuando era chiquitina.
Pero sobre todo recuerdo estar dando un paseo por el ágora de Atenas y perdernos a posta por las callejuelas para terminar en una especie de bar-galería-casa okupa llena de sillones del año de la polca y telas suspendidas de un techo altísimo por el que se iban asomando personajes en pleno acto de desperece y empezó a sonar Suzanne en el tocadiscos (porque era un tocadiscos). Estuvimos allí tomándonos un café hasta que terminó la cara A del vinilo. Al poco tiempo supe que Cohen estaba tan enamorado de Grecia que vivía allí durante largas temporadas.
¿Se puede ser más ideal?
11/11/16
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